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Honky Château: Un nuevo capítulo para Elton John

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© Uni, DJM

Podremos coincidir en que los cambios nos hacen bien. Se puede cambiar de atuendo, de hábitos, de locación, en muchos de estos casos dichos ajustes quizá nos abran algunas puertas antes insospechadas. Para el pianista Elton John, la década de los 70 significó una apertura de su verdadera personalidad, pero también de una exploración sonora cada vez más compleja. En Honky Château de 1972 somos testigos del primer LP de una exitosa serie de lanzamientos que lo llevaron a convertirse en la estrella del Pop que ahora conocemos.

Del Blues al Americana, del Americana al Pop

Antes de ser conocido como Elton John, Reginald Kenneth Dwight inició su historia musical desde la infancia tocando el piano en la casa de su abuela. Tuvo la fortuna de contar desde aquella época con el apoyo de su madre, quien lo inscribió a clases particulares desde los siete años.

El joven Reginald impresionaba a todos con su talento. Tocaba piezas de Chopin, Handel y Bach de oído e incluso obtuvo una beca a los 11 años en una destacada Academia de Londres. Pero el muchacho estaba más interesado en la escena del Rock ‘n’ Roll, que en aquella época tenía a Jerry Lee Lewis como uno de sus pianistas más extravagantes, y, cumplidos los 15, ya estaba tocando en un pub.

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Foto: Bert Verhoeff / Anefo, CC0, via Wikimedia Commons

Con un par de gafas que buscaban replicar a Buddy Holly, el joven eventualmente abandonó los estudios y del ’62 al ’66 formó parte de una banda llamada Bluesology. El grupo estaba encantado con la versatilidad de Reggy: tocaba Jazz, Boogie-Woogie, Honky-Tonk e incluso componía; su primer sencillo lo cantó esta agrupación. Eventualmente se convirtieron en la banda de apoyo de Long John Baldry, lo cual terminó por desencantar al pianista.

Fue cuestión de tiempo para que Dwight se alejara de aquel grupo y buscara un espacio en Liberty Records como músico de sesión. Allí conoció al cantautor Bernie Taupin con quien forjó una amistad tan sólida que hasta la fecha siguen colaborando. El dueto, que eventualmente terminó siendo comparado con la dupla de Lennon-McCartney, inició haciendo música para otros cantantes.

Algo curioso que sucedió en aquel 1967 fue que Reggy recibió una invitación para ayudar como tecladista al grupo Simon Dupree and the Big Sound (que años más tarde se convirtió en Gentle Giant). Fueron de gira a Escocia e incluso lo consideraron para la banda de Rock Progresivo, pero cuando los hermanos Shulman escucharon su tema “Your Song”, optaron por rechazarlo. Fueron ellos los que oyeron por primera vez la intención del pianista de cambiarse el nombre, su idea les pareció algo ridícula. Se pensaba llamar: Elton John.

Dos discos después… Un viaje a Estados Unidos

Tras conseguir una oportunidad con el sello DJM y lanzar un par de sencillos en 1968, el dueto creativo tenía suficientes piezas para un primer álbum. Así nació Empty Sky (1969) el cual combinaba un poco de psicodelia con Folk, Pop Progresivo y Soft Rock. Para su mala fortuna, las grabaciones fueron extenuantes y el resultado pasó desapercibido. Su segundo álbum intentó ser más ambicioso, trabajando con el equipo de producción detrás de Space Oddity de David Bowie.

Con Paul Buckmaster en los arreglos y Gus Dudgeon en la producción, el segundo disco de Elton John pulió su talento Pop, el cual volvió a combinar con piezas de Soft Rock, dándonos diez piezas bastante ornamentales. El tema clave fue aquella canción que no les gustó a los muchachos de Gentle Giant: “Your Song”, cuya inocencia romántica la colocó en el Top 10 dentro de las canciones más populares en el Reino Unido.

El problema aquí era que este segundo disco tampoco pegó en su región y la gente de DJM comenzaba a preguntarse si realmente había valido la pena invertir tanto en aquella producción. Dick James, a cargo de la disquera, decidió enviarlo a Estados Unidos buscando mejor fortuna y la apuesta, por suerte, funcionó.

Mientras escuchaba Elton John, el presidente de Uni Records, Russ Regan, no lo dudo ni un segundo; ese joven talentoso y algo tímido tenía una sensibilidad que hacía falta en los escenarios estadounidenses y comenzó a mover los hilos para que Elton y Bernie viajaran a California. Acuerdos por aquí, acuerdos por allá, y en agosto de 1970, los chicos ingleses habían llegado a Estados Unidos.

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Empty Sky, DJM, MCA

Nace una estrella: Elton John en Estados Unidos (y lo que pasó después)

El 25 de agosto de 1970 Elton John se presentó en el Troubadour, el recinto más chic de los cantautores (desde Joni Mitchell, Van Morrison, Carole King e incluso Eagles habían tocado aquí). La noche fue inolvidable, con un Elton desinhibido saltando frente al piano y una fiesta que incluso llegó a los periódicos.

En Estados Unidos, Elton John se encontró con los remanentes del estallido hippie. Entabló amistad con personas a quienes tenía en un pedestal como el también pianista Leon Russell y logró conectar con la vibrante escena de la costa oeste. Quienes estuvieron con él durante aquella gira lo recuerdan radiante y dispuesto a descubrir las maravillas psicodélicas que llegaran a sus manos.

Mientras Elton John estaba de gira en Estados Unidos, los escuchas en el Reino Unido recibieron su tercer disco (el cual se grabó antes de cruzar el océano), Tumbleweed Connection (1970). Su sonido Americana fue recibido con entusiasmo y ayudó a conquistar aún más al público estadounidense.

Cuando John regresó al Reino Unido en diciembre, venía de convivir con Bob Dylan, Brian Wilson, Diana Ross y los miembros de Three Dog Night. Lo que encontró fue algo que le vino como anillo al dedo: el Glam Rock. Que en aquel año tenía al grupo T. Rex como su principal exponente.

Madman Across the Water y un cambio de aires

Quienes convivieron con el tímido Dwight, no reconocían al progresivamente más estrafalario pianista que ahora tocaba en vivo entre bailes y con atuendos más y más coloridos. Su cuarto disco, Madman Across the Water tuvo como gran inspiración la gira de Estados Unidos, pero dejó al músico con un mal sabor de boca. ¿Pero por qué si le fue bastante bien en sus ventas?

El motivo fue que durante las sesiones el productor Gus Dudgeon se encargó de ningunear a Nigel Olsson y Dee Murray, baterista y bajista que acompañaron a Elton durante la gira en Estados Unidos, a tal grado que solo pudieron participar en una canción. En su lugar le fueron asignados músicos de sesión, que hicieron un buen trabajo, pero con quienes tocar no era tan divertido.

Esto impulsó al pianista a tomar las riendas de su siguiente disco y la primera decisión que tomó fue salirse de Inglaterra buscando aire fresco en Francia. El estudio que eligió comenzaba a adquirir fama luego de que Grateful Dead estuviera allí en 1971, estaba ubicado en una mansión del siglo XVIII, su nombre: Château d’Hérouville.

Honky Château, grabado en un lugar elegante

A diferencia de Madman Across the Water que contó con la participación de 26 músicos, el núcleo de Honky Château se basó en un cuarteto: Elton John en el piano, Dee Murray en el bajo, Davey Johnston (a quien no le dijeron que iba a tocar, sino que solo lo invitaron a pasarla bien) en las guitarras, banjo y mandolina y Nigel Olsson en las percusiones. Para el pianista, la mansión representó un lugar acogedor e ideal para dejar fluir la creatividad.

Las sesiones no duraron demasiado. Los músicos llegaron en enero de 1972 y se fueron el mismo mes. En su biografía John recuerda:

“El edificio […] no era menos impresionante. Lo terminamos mencionando en el título del disco y yo encontré un espacio estimulante para escribir canciones. Bernie trajo su máquina de escribir a la mansión y pusimos algunos instrumentos en el comedor. Bernie escribía sus textos y los dejaba frente a mi piano […]. La primera mañana ya tenía listas tres piezas antes de que la banda bajara a desayunar. Mona Lisas and Mad Hatters, Army y Rocket Man”.

En una entrevista con la revista Sound Elton John contó con entusiasmo que aquel periodo el dueto se transformó en “una máquina Motown de hits”. A Bernie lo ayudaba su esposa Maxine, quien se encargó de corregir las letras. Otro presente, el ingeniero de sonido Ken Scott, recuerda la velocidad con la que se acoplaron. El pianista convertía versos en melodías en cuestión de minutos y después el resto de la banda comenzaba a trabajar alrededor.

Les tomó dos semanas terminar Honky Château contando todo el proceso. De acuerdo con el sitio oficial del pianista, el proceso de composición les llevó apenas cuatro días. El ambiente fue agradable y todos estaban motivados de que nadie ajeno se involucrara de más. Al sonido del cuarteto se integró el violinista francés Jean-Luc Ponty quien venía de colaborar con Frank Zappa.

Una vez terminadas las sesiones de grabación la mezcla final se realizó en los estudios Trident en donde, entre otras cosas, se incorporaron los arreglos de cuerdas. Los temas elegidos como sencillos fueron “Rocket Man” y “Honky Cat”; el primero se convirtió en un hit atemporal que se colocó en el Top 10 de Estados Unidos y Gran Bretaña mientras que el segundo alcanzó un destacado posicionamiento entre los 30 sencillos más populares de ambas regiones.

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El disco más celebrado de Elton John (hasta ese momento)

Honky Château se publicó el 19 de mayo de 1972 tanto en Reino Unido como en Estados Unidos. En su portada vemos a Elton con barba y lentes oscuros, su expresión es seria o quizá concentrada, la foto la tomó Ed Caraeff. En su interior aparecen las letras y una foto del pianista ante la inmensidad del campo. Su parte trasera incluye las fotos de los cuatro miembros de la banda.

Previo al lanzamiento, Elton John declaró lo que intentaba demostrar con su quinto álbum de estudio: “La gira que hicimos a finales del año pasado me demostró que la gente sigue queriendo verme, pero creo que la gente llegó al punto de sentir que necesitaba desesperadamente una orquesta detrás de mí, que era débil y artificial”.

En casa el disco llegó al segundo puesto en la lista de los discos más vendidos, siendo el primero del pianista en lograr tal proeza. Pero en Estados Unidos le fue mejor, logrando su primer número uno y superando con ello a otro monstruo de álbum: Exile on Main St. de The Rolling Stones. Un nuevo capítulo en la historia de Elton John estaba apenas gestándose.

Lista de canciones de Honky Château

Lado A

No.TítuloDuración
1.“Honky Cat”5:12
2.“Mellow”5:33
3.“I Think I’m Going to Kill Myself”3:35
4.“Susie (Dramas)”3:25
5.“Rocket Man (I Think It’s Going To Be A Long, Long Time)”4:40

Lado B

No.TítuloDuración
1.“Salvation”3:59
2.“Slave”4:22
3.“Amy”4:03
4.“Mona Lisas and Mad Hatters”5:01
5.“Hercules”5:21
*Todas las canciones fueron firmadas por Elton John y Bernie Taupin

Escuchando Honky Château

Lo primero que resalta de Honky Château es la ausencia de los suntuosos arreglos de cuerdas que formaban parte “del estilo” de Elton desde su segundo disco. Alejarse de ello le permitió explorar un poco más lo aprendido del Americana que tanto le apasionaba, el resultado son diez pistas en donde predomina el Pop-rock, pero en donde también se asoma el Blues, el Country, el Jazz y las infaltables baladas.

En conjunto, el álbum se siente redondo. Como si todas las piezas que lo componen no pudieran haberse acomodado de otra forma, los cambios de tempo entre una canción y otra nos llevan por un vaivén entretenido y agradable. Además, es fácil sentir el espíritu desenfadado que se vivió en la mansión mientras se grabó; el tocar como cuando lo hacían en vivo les funcionó y la llegada de Davey hizo que todos se esforzaran un poco más a la hora de demostrar de lo que eran capaces.

La amalgama de timbres se aprecia desde la juguetona “Honky Cat”, en donde el ritmo Boogie-Woogie del piano crea una atmósfera digna de Nueva Orleans. La canción se hace más divertida cuando empezamos a escuchar los rasgueos de banjo agregando una capa entusiasta al fondo y las secciones de vientos, cuyo trombón y trompeta toman turnos con el sax para darle acentos espectaculares a los versos de John.

Como te adelantaba, el rimo se relaja luego de una pista bailarina. “Mellow” es la clásica balada de Elton John con un piano cuyos acordes armonizan a la perfección la voz del vocalista, quien expresa un sentimiento de suavidad que quizá sintió en aquel caserón francés. Singular atención se merece el solo de órgano cerca del final.

Así como Honky Château se mueve entre lo movido y lo apacible, así también la irónica “I Think I’m Going to Kill Myself” cuyo espíritu de Music Hall lleva la idea del suicidio a un plano cómico-musical. La melódica línea de bajo es de lo mejor, así como los cambios de ritmo y, claro, la sección de tap. “Susie (Dramas)” es más pop-rockera y se aprecia mayor protagonismo de una guitarra que da brochazos desde el inicio pero que a la hora del solo lo hace todavía mejor, esto sin olvidarnos de las percusiones, los densos fills de batería y el cow bell consolidan toda la personalidad sensible pero temeraria de la canción.

Así llegamos al cenit del álbum, “Rocket Man”. Una balada Rock cuya brillante atmósfera sonora la pone entre lo psicodélico y lo progresivo. El inconfundible piano de Elton John es cálido y melancólico, justo como la letra escrita por Bernie. La trama habla sobre un astronauta cuya vida y trabajo se han hecho tan monótonos como podría ser tener que ir todos los días a un cubículo gris. Su inspiración fue un cuento del mismo nombre escrito por Ray Bradbury.

Además de la emotiva vocalización de John, gran parte de la magia de la pieza es gracias a que su productor fue el mismo que trabajó detrás de “Space Oddity”, otra canción sci-fi triste. La incorporación del sintetizador y el resto de los efectos especiales abonan al sentimiento desolador del espacio. Sus notas estirándose y las armonías alrededor del pianista la convierten en una auténtica pieza espacial.

Es difícil competirle a un lado A tan sólido, y aunque el lado B de Honky Château no tiene malas piezas, hay una que sobresale de entre todas las demás: “Mona Lisas and Mad Hatters”. Aun así el álbum no abandona su exploración sonora por diferentes géneros e influencias.

Salvation” nos ilumina con sus coros Góspel a los que se les suma la presencia de un riff que aparece justo para aderezar los momentos más sensibles; “Slave”, mucho más directa, muestra a Elton John en una faceta mucho más frontal al atacar la esclavitud y la trata de personas; “Amy”, junto a su antecesora, posee un espíritu Roots muy cercano a The Rolling Stones, en donde el solo de violín y las percusiones encajan a la perfección.

Mona Lisas and Mad Hatters” es un gran ejemplo de que Elton John y su banda no necesitaban más músicos para transmitir emociones. A lo largo de sus cinco minutos solo escuchamos el piano, el bajo, la guitarra y una mandolina, cuya inclusión de la otra dimensión de melancolía a la ya de por sí emocional pieza. Por si esto no fuera suficiente, la narración de los contrastes en la ciudad de Nueva York por parte de Bernie y lo que Elton hizo musicalmente a su alrededor me parece excepcional:

Honky Château termina con la misma energía que inició. Tan pronto comienza a sonar “Hercules” es fácil sentir la vitalidad que el grupo transmitía en sus presentaciones en vivo, casi se puede ver a Elton John saltando frente al piano. Con sus armonías vocales doo-wop, su capa de sintetizadores, el solo de guitarra y la colaboración de cada miembro, el álbum concluye de forma redonda.

Los discos de Elton John que llegaron después

Musicalmente hablando, Honky Château es la puerta de entrada hacia el pico creativo de Elton John, en donde Goodbye Yellow Brick Road (1973) y Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy (1975) son sus puntos más altos. El viaje a Estados Unidos lo transformó, pero su evolución aún podía continuar. Por otro lado, el álbum demuestra la cohesión que se gestó durante aquella época, con un grupo pequeño, pero en donde todo se acomodó a la perfección. Al final del día, una gran canción nunca necesitará llenarse de capas ornamentales.

Château d’Hérouville resultó una parada necesaria en la carrera del pianista británico, como te decía al principio, un cambio suele ser positivo, así sea cambiar de estudio de grabación. ¿Cuál es tu canción favorita del álbum que escuchamos hoy? Como dato curioso, las versiones actuales de Honky Château cuentan con una versión alternativa de “Slave” que es mucho más dinámica y de tempo acelerado, quizá te interese escucharla.

1972 nos dio grandes álbumes cuyas raíces siguen alimentando la música contemporánea. En Columna Musical buscamos acercarlos a nuevos escuchas, por eso las recomendaciones de hoy son de otros discos que merecen ser escuchados 50 años después de su lanzamiento. Uno de ellos es The Rise and Fall of Ziggy Stardust, que definió al sonido Glam; Harvest de Neil Young es hasta la fecha considerado como uno de sus cinco mejores discos; y qué decir de Machine Head de Deep Purple, que nos dejó clásicos como “Smoke on the Water”. En fin, ¡hay mucho por descubrir por aquí!