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Reseña: Blur – Blur

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*Cada quince días en Columna Musical analizamos un álbum importante o interesante del pasado en nuestra Retroreseña.

1995 : Guerra en las islas británicas.

La mañana del 14 de agosto de 1995 se libró la llamada “Batalla del Brit-Pop”. Había una expectación inmensa en el aire. En primer lugar, Oasis había escogido esa fecha para lanzar “Roll With It”, el primer sencillo de su nuevo trabajo, What’s The Story (Morning Glory). Mientras tanto, Blur había planeado lanzar “Country House”, el primer sencillo de su nuevo trabajo, The Great Escape, una semana después. Sin embargo, en un movimiento estratégico para medir fuerzas, Damon Albarn, líder de Blur, decidió adelantar al 14 de agosto, el mismo día que Oasis, el lanzamiento de su nueva canción.

Los días previos a la escena musical inglesa estuvieron dominados por la expectativa de esa fecha para saber quién se coronaría como el favorito del público. Las revistas musicales no hicieron más que avivar el fuego, de hecho, NME preparó dos portadas, una con Blur y una con Oasis, para lanzar la siguiente semana, destacando al ganador en las listas de éxitos británicas. Llegó el día, y el fin de semana revelaría quién había sido el más favorecido por el público: Blur fue el ganador, vendiendo 260,000 copias de su sencillo, frente a las 210,000 de Oasis.

La verdad es que las canciones no podrían haber sido más diferentes. Mientras que “Country House” de Blur profundizaba en el desarrollo de su sonido refinado, con un aire divertido, influencias glam y el uso de vientos y metales, y una letra burlona que lanzaba una pedrada directa a Oasis en una línea que decía “He’s got morning glory, that’s a different story”, la canción de Oasis, “Roll With It”, es un rock más tradicional, con ecos beatlescos y coros fáciles de recordar. Blur había ganado la batalla, pero no la guerra, y confiados pensaron que conservaban la corona del Brit-Pop que les había pertenecido durante más de un año.

A Blur no lo habían preparado para el tsunami llamado “Wonderwall”, el segundo sencillo de Oasis, que arrasó no sólo en las Islas Británicas, sino que también logró lo que la banda de Albarn nunca había podido: triunfar en América. Blur libró la primera batalla pero fue perdiendo la guerra, la banda se convirtió en una olla de presión, sobre todo por las expectativas de ventas que le imponía su sello discográfico, en contraste con el vendaval que estaban sufriendo por parte de la banda de los Gallagher. En pleno estado de estupefacción, Blur vio cómo What’s The Story (Morning Glory)? fue elevado al estatus de obra maestra por la prensa de todo el mundo.

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Blur en 1995. Fotografía : Virgin Records

La cadena de derrotas culminó en humillación. En los Brit Awards de 1996, Oasis ganó en todas las categorías, y cuando subieron a recoger el premio al álbum del año, frente a cientos de invitados, Noel y Liam Gallagher cantaron “Parklife” de Blur, pero cambiaron la letra por “Shitlife”. La guerra estaba perdida y la humillación pública se había consumado. Blur quedó tan afectado que, durante 1996, en varios de sus conciertos programados, la gente gritaba “Oasis” mientras ellos tocaban. Esto llevó a la banda a ofrecer presentaciones en las que no todos los integrantes se presentaban.

La mayor carga de la humillación y el escarnio la tuvo que soportar Damon Albarn, quien para entonces estaba lidiando con una creciente adicción a la heroína. Pero no era el único integrante de la banda con problemas de adicciones: Graham Coxon y Alex James buscaban refugio en el alcohol. Blur estaba aplastado, pero en secreto, se estaban curando las heridas para volver al ruedo, y esta vez, las cosas serían muy diferentes.

Look Inside America. Blur. Reseña.

Lanzado el 10 de febrero de 1997, el álbum homónimo de Blur no solo debutó en lo más alto de las listas británicas, en el número uno, sino que además, la prensa inglesa se rindió a sus pies. Sin embargo, el mejor regalo para el álbum fue cuando la revista estadounidense Rolling Stone le otorgó dos estrellas.

Esta calificación fue el mejor trofeo que la banda podría haber recibido porque, bajo el argumento de “un pastiche de Brit-Pop y Lo-Fi mal adaptado y sin sentido que son callejones sin salida”, la revista estaba probándole un punto a la banda: uno que ansiaban demostrar. No eran ni de aquí ni de allá, y no les importaba lo que pensaran los americanos siempre y cuando pudieran sacar algo bueno de ese sonido.

Incluso Stephen Malkmus, líder de Pavement, criticó fuertemente a la banda después de escuchar el disco y, con el auge de “Song 2”, los acusó de ser una copia del indie y lo-fi americano, advirtiendo que, por más que lo intentaran, no estarían a la altura. Yo creo que se equivocaba, un solo disco les bastó.

En 1997, solo dos discos lograron redefinir lo que era el rock británico mientras la música electrónica y sus experimentos ganaban terreno: Por un lado, OK Computer de Radiohead, que innovó tanto que su entendimiento tomó años, se convirtió en uno de esos álbumes del Olimpo del rock. Por otro lado, ‘Blur’ de Blur, que redefinió de manera inmediata las reglas del Brit-Pop en un álbum hecho a propósito para querer enterrar la moda, el subgénero.

Tal vez no era la revolución del LP de Yorke y los suyos, pero sí las imperiosas ganas de matar el circo en el que se había convertido el Brit-Pop, del cual fueron reyes y víctimas. Y frente al gigante que es el disco de Radiohead, este álbum de Blur es tan arriesgado que no desmerece en absoluto.

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Blur en 1997. Fotografía : Virgin Records

¿Por qué, si Blur estaba cansado de la moda del Brit-Pop, eligió como tema de apertura y primer sencillo una canción que suena tan británica como unos Beatles sombríos, llamada “Beetlebum”? Bueno, la respuesta es que no querían cortar todo de tajo; eso vendría con los siguientes sencillos. Además, “Beetlebum” es una canción con trampa (en este listado te contamos de qué habla): aunque habla sobre la relación entre Damon Albarn y la heroína de manera bastante ambigua, sus coros a la Bowie y armonías al estilo de The Beatles de 1968 poseen una segunda sección tan poderosa que es imposible no notarla.

Encima de esa base que roza la perfección absoluta, nos encontramos con un guitarrista como Graham Coxon haciendo todo tipo de malabares con pedales, voltaje, presets y una maestría en el uso del ruido. Sí, es un sonido británico, pero es un nuevo sonido británico, uno que viene de la cabeza de uno de los guitarristas más subvalorados de la historia: Coxon.

Ya se ha hablado tanto de “Song 2” que hablar más de ella es redundante, es un tema que todos conocen, inició como unos acordes silbados por Albarn en vez de su famoso “Woo-Hoo” y Coxon electrificó todo en su característico riff, Coxon había estado escuchando con manía a Pavement, The Pixies, Yo La Tengo, Sonic Youth y demás. Tenía razón el líder de Pavement en enojarse, jamás tuvieron un pelotazo que le diera la vuelta al mundo como este tema y encima se burlara del grunge americano.

Después de los éxitos imprescindibles de este LP, entramos en terrenos más experimentales. “Country Sad Ballad Man” posee percusiones parecidas a lo que Beck y otros estaban haciendo en los noventa. El tema detiene el explosivo inicio del álbum para el lucimiento completo de Graham Coxon y su guitarra noise/lo-fi, mientras Damon Albarn disfraza la letra que habla sobre su estado de placer intoxicado con la historia de un hombre en un lugar remoto, tirado en su sillón sin presiones ni preocupaciones.

En “M.O.R.” volvemos a ese sonido alternativo semi punk con otro excelente riff de guitarra. La canción se siente como otro ejemplo de una ruptura de Blur con su pasado inmediato; es salvaje, rápida y contundente, siendo otro single del disco.

“On Your Own” es uno de los temas más singulares del álbum. Usando un Korg manejado por Dave Rowntree, esta canción es lo más cerca que Blur ha estado del sonido del hip-hop. Aunque tiene una vibra decididamente pop, es experimental y da rienda suelta a los numerosos pedales de la guitarra de Graham Coxon.

Es un gran tema que ha sido eclipsado por otros sencillos del álbum, pero es destacable porque, aunque Blur ya había hecho uso de sintetizadores en algunos temas, aquí tanto este instrumento (que es pequeño y tiene varios reguladores de distorsión) como la guitarra de Coxon contrastan con los versos casi rapeados de Albarn. Es lo suficientemente atípico para hacer sentir que este es un Blur que ha renunciado a la pomposidad y la etiqueta británica del Brit-Pop y está haciendo lo que quiere.

“Theme For Retro” es un tema instrumental espeluznante pero divertido, no es la oscuridad gótica y seria de otras bandas. Sirve como un buen cortafuegos con sintetizador y órgano. De ahí, nos pasamos a la canción más sencilla pero una de las mejores de todo el álbum: “You’re So Great”.

Es Graham Coxon con su voz y su guitarra completamente lo-fi, donde se notan influencias de gente como Daniel Johnston o Sonic Youth cuando se ponen en plan melódico. Es un tema que nada tiene que ver con ese Blur del 93-95: sencillo, corto, con un hermoso solo, con ecos de haber sido grabada en un baño con un micrófono barato. Es cautivadora.

“Death Of A Party” no puede negar su influencia trip-hop de gente como Massive Attack o Portishead. Es evidente en su construcción e instrumentación. De nuevo, Coxon (reitero, este es su álbum de consagración y todavía le quedaba más brillantez para el siguiente álbum, 13) se luce, pero esta vez con fills muy elegantes que complementan el tema y su atmósfera sombría, con las letras de Albarn hablando más que en otros temas del álbum sobre la muerte del Brit-Pop en su forma de hacer discos, usando la metáfora de un adolescente muerto.

“Chinese Bombs” es punk puro, rápido, ruidoso y al grano en un minuto y medio.

“I’m Just A Killer For Your Love” de nuevo posee un desarrollo más cercano al trip-hop, solo que con mayor protagonismo de las guitarras. Albarn nos regala una letra algo psicótica. Es otro tema emblemático del álbum y favorito de los fans. No les falta razón, la guitarra que suena como un cable eléctrico cortado retorciéndose por todos lados lleva este tema a otro nivel.

“Look Inside America” es directamente un tema sarcástico y que hunde el dedo en la llaga de lo que desde fuera se puede observar de la sociedad americana, y es tan sarcástico que es el tema más cercano al estilo Brit-Pop de todo el LP. El diablo y la mala leche están en los detalles.

“Strange News From Another Star” lleva el peso de una balada de rock alternativo, con gran influencia de lo que Radiohead hizo en el 95 con The Bends. Es cálida a nivel instrumental y melancólica en sus letras; un momento íntimo que se resuelve en una subida que enlaza con “Movin’ On”, posiblemente el tema más débil del álbum. Sin embargo, se puede perdonar, ya que las canciones de este álbum tienen un nivel muy alto. Se trata de un rock alternativo tradicional inspirado en las exploraciones de Blur del sonido estadounidense.

Coxon realiza nuevamente maravillas con su guitarra, pero a pesar de los excelentes ruidos y cambios de ritmo, no logra destacar entre el resto de los temas sobresalientes del álbum. No obstante, cualquier banda querría tenerla en uno de sus discos menos ambiciosos para poder exhibirla.

Por otro lado, el tema final, “Essex Dogs”, es un cierre completamente experimental y lleno de noise. Relleno de descubrimientos de pedales y trucos de Coxon, es en parte cantado y en parte spoken word, lo que resulta en un tema hipnotizante que muestra lo mejor del guitarrista. Todo está dispuesto para escuchar a un guitarrista como él explorar e investigar ruidos melódicos contradictorios y efectos que vienen y van, abarcando las tres dimensiones y los 360 grados para crear un final formidable, donde su sonido nos recorre de oído a oído.

¿El álbum que mató al Brit-Pop? Conclusiones

Regresemos a las dos estrellas que Rolling Stone le dió a este disco, y eso por hablar de un medio conocido; también hubieron otros medios fuera de Reino Unido que no sabían lo que Blur estaba queriendo hacer. Una vez asentada la arena del tiempo y con las declaraciones de la banda donde estaban buscando un nuevo sonido, donde evolucionaban, muchos cayeron en la cuenta de que Blur se había ido a buscar algo que los complaciera viendo el sello de caducidad del Brit-Pop, no podían seguir estando en ese círculo.

Por supuesto, este álbum no mató al Brit-Pop, pero sí le infligió una herida mortal. Los antiguos reyes, que habían sido despojados de la corona por una banda con un sonido mucho menos complejo como Oasis, detectaron las debilidades del subgénero, la saturación de bandas tocando lo mismo, y sabían que eso iba a estallar.

Es en este punto donde evoluciona Damon Albarn, el visionario, quien comenzó a interesarse por géneros tan diversos como la música electrónica, el jazz, el world beat, el hip-hop, etc., y años después se consolidó como uno de los más grandes genios musicales de Reino Unido y del mundo. Es aquí donde Graham Coxon se establece como uno de los mejores guitarristas vivos y es aquí donde aquellos que seguían haciendo lo mismo empiezan a tropezar mientras Blur avanzaba como una banda innovadora. Es aquí donde construyen su segunda obra maestra, tan diferente a “Parklife”, la primera de su carrera.

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En Columna Musical cada quince días tomamos un disco interesante para analizar en la retroreseña, con la evidente llegada del nuevo LP de Blur y todo el tiempo que ha pasado, revisitar este proyecto era necesario.

Si buscas música actual, tenemos nuestra sección de recomendaciones de nueva música para que descubras cosas que seguro te interesen. Quédate.

Aquí nos leemos.