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Reseña: Aurora – The Gods We Can Touch

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En su más reciente álbum, la noruega Aurora ha extendido las fronteras del pop dotándolo de elementos de folk, música electrónica, art pop y más. Es por eso que The Gods We Can Touch ha recibido una formidable recepción. Ésta es nuestra reseña.

Para Re.

Dioses más humanos

El 21 de enero de 2022 se liberó en plataformas musicales el nuevo disco, el tercero de estudio, de la cantante noruega Aurora. En Spotify, al reproducir la primera pista, aparecía un vídeo en el que ella aparecía rodeada de esculturas de dioses griegos y latinos. Vestida con tonos rojos, carmesí y marrones y con su cabello dorado, como un personaje de la mitología nórdica, la cantante explica en breves palabras algunas de las ideas que la llevaron a la composición de The Gods We Can Touch.

Con su voz cuasi infantil la cantante dice: “Admiro a las personas que tienen el regalo de la fe”. Y aboga por una representación de los dioses que sean menos todopoderosos, menos divinos, por eso alude a los mitos griegos, porque sus dioses siempre se representaron con defectos o rasgos que los hermanan con los humanos. “A la gente le gusta reconocerse en aquello en lo que creen”, concluye. El vídeo desaparece y el disco abre con una pieza vocal e instrumental, “The Forbidden Fruits of Eden”.

The Gods We Can Touch llega al mundo tres años después de su álbum anterior, un EP que se estrenó en dos partes durante 2019: Infections of a Different Kind (Step 1) y A Different Kind of Human (Step 2). El disco está producido por Magnus Åserud Skylstad, productor y baterista paisano de Aurora que la ha acompañado en sus giras y presentaciones en vivo y con el que ha definido un sonido electro pop etéreo que la caracteriza y que la aleja de la inocente oscuridad de su álbum debut, All My Demons Greeting Me as a Friend publicado en 2016 y cuyo lanzamiento lo colocó en el número uno de las ventas en Noruega.

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Aurora

Antes del estreno de The Gods We Can Touch, Aurora había lanzado seis sencillos, algunos con videos dirigidos por ella misma y una colaboración con la cantante francesa, Pomme, develando de a poco la temática de su nuevo disco y el rumbo musical que tomaría. En mayo de 2020 publicó la canción “Exist for Love” en sus redes como preámbulo a algo que ella llamó una nueva era en cuanto a su carrera musical y como primer sencillo de lo que sería su nuevo material discográfico.

Posteriormente reveló la línea temática que estaba explorando: “Si pudiésemos encontrar ese poder divino en nosotros mismos, sin dejar de admirar y participar de las maravillas mundanas. La carne, la fruta y el vino. Creo que es lo que me intriga de los dioses griegos. Los dioses de la antigüedad. Su perfecta imperfección. Casi al alcance de la mano. Como dioses que podemos tocar”.

En junio llegó “Cure for Me”. A estas alturas Aurora ya había descrito sus intenciones experimentales y su distancia de temas como la pandemia provocada por el COVID-19, la crisis mundial o los conflictos mundiales. En cambio, sus canciones, dijo, se enfocarían en elementos más lúdicos y divertidos.

El 14 de octubre se estrenó “Giving In to the Love” y se anunció la fecha definitiva de estreno del álbum completo; en diciembre llegó la última tanda de sencillos previos al lanzamiento, “Heathens”, “A Dangerous Thing” y “Everything Matters”, con la participación de Pomme. “A Temporary High” fue el primer sencillo post lanzamiento, cuyo videoclip hace alusión al dios Jano, que es representado con dos rostros, uno mirando siempre al pasado y otro al futuro.

Siempre los griegos

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The Gods We Can Touch es un disco que aborda temas como el deseo, la culpa, la doble moral, las fallas o debilidades humanas, el amor y la relación de la oscuridad con la luz, todo a través del prisma de la mitología griega y algunas referencias y guiños a otras religiones occidentales.

En una entrevista con Official Charts Aurora explica el porqué de su motivación para tratar dicho tema: “Las palabras clave [para este proyecto] son lo divino y lo humano. Para mí, son lo mismo y no sé por qué las hemos convertido en cosas diferentes. Me encanta la mitología griega porque no se avergüenza de ser mujer, ni de ser gay, ni de ser trans, ni de ser sexualmente curioso. Me fascina lo mucho que hemos perdido con el tiempo y la vergüenza que ponemos en las cosas bellas”.

Musicalmente es un trabajo dominado por sonidos como el electropop y el folk pop. Es un disco mucho más alegre y bailable que sus antecesores e incorpora numerosos paisajes sonoros, texturas electrónicas, orquestaciones e incluso algunas reminiscencias a la música latina y el synth-pop.

Líricamente las canciones están inspiradas en mitos griegos y latinos. Y aunque musicalmente el álbum es luminoso y juguetón, las letras tienden a ser oscuras e inquietantes, muy introspectivas y honestas.

Las canciones de The Gods We Can Touch

The Forbidden Fruits of Eden“es la canción más breve del disco. Se trata de una vocalización ritualística que nos introduce en la atmósfera del disco. Aurora con su voz no pronuncia ninguna palabra, en cambio emula una especie de coro celestial con un fondo sonoro de silencio que evoca un espacio abierto o un templo Inmediatamente después inicia “Everything Matters“, una pieza que escribió en colaboración con Pomme y en la que destaca el piano y la guitarra. Según la compositora es una letra que escribió tiempo atrás. En efecto, suena muy similar a varias canciones de sus discos pasados, sobre todo al inicio.

Conforme avanza la canción, en algunas partes remite a sonidos y efectos que emplea la cantante inglesa Låpsley, que contrasta su delicada voz, con otra más grave producida por un filtro. “Giving In to the Love” es la tercera canción del disco. Probablemente es la canción más pegajosa y pop del álbum. Según Aurora está inspirada en la figura de Prometeo y en el mito del robo del fuego del Olimpo. La letra habla de una liberación que puede entenderse en términos espirituales, pero también sexuales e intelectuales. Además de la letra, musicalmente la pieza cimbra por sus poderosas percusiones que evocan ritmos atávicos y que contrastan con los coros agudos y etéreos.  

Cure for Me” es considerado el sencillo principal de The Gods We Can Touch. Curiosamente su lanzamiento se pospuso por el súbito éxito que tuvo la canción “Runaway” en Tik Tok y que atrajo a nuevas audiencias a su música. “Cure for Me” encarna esa nueva faceta de Aurora, mucho menos tímida, más alegre.

Según sus propias palabras la música y la letra encuentran su inspiración en la comunidad gay y en el fenómeno drag. Líricamente se juega con el prejuicio de que los gays “deben de ser curados de su enfermedad”, para asegurar que no hay cura para la humanidad y el amor. El tema incluye una interpolación de la melodía de “Aquarela do Brasil” de Ary Barroso. “You Keep Me Crawling” habla de cómo el poder en las manos incorrectas puede ser malvado.

Se trata del otro lado de la moneda de su canción “Giving In to the Love“, incluso en su letra hace referencias desde una perspectiva un poco más oscura:”…giving in to love should never hurt for me” y “giving in to love should set me free”. “Exist for Love” es una canción acústica, una balada romántica que hace referencia a un contexto de oscuridad, dificultad provocado por conflictos entre hombres y mujeres y el aislamiento. Ante esa oscuridad se contrapone una visión del amor como una fuerza de la naturaleza.

Con “Heathens” llegamos a la mitad del disco. La letra alude al Génesis de la Biblia, específicamente a la figura de Eva que Aurora reivindica como la liberadora de la humanidad al probar la manzana del conocimiento. A lo largo del disco se nota la presencia de Magnus Åserud, baterista y percusionista, productor, que privilegia recursos rítmicos.

The Innocent” sigue la línea musical de “Cure for Me“, es un tema bailable y energético que se concibió como una pieza que se podía danzar alrededor del fuego, emulando un aquelarre o una ceremonia. “Exhale Inhale” es un himno sobre la ansiedad y la angustia. Está atravesada por la figura de Tánatos, encarnación de la muerte. El inicio de la canción remite a otra de sus piezas oscuras, “Running with the Wolves”, para después mantenerse sombría e introspectiva.

A Temporary High” es una pieza mucho más experimental y frenética. En palabras de la cantante quería representar el caos. La melodía synth-pop desencaja un poco con el resto de las canciones, al evocar un poco la música de los 80 se distancia de la atmósfera que hasta entonces había dominado en la experiencia.

A Dangerous Thing” se entrelaza con la canción anterior, específicamente en los acordes de la guitarra y en ella Aurora canta sobre cosas terribles que se disfrazan de belleza para provocar daño. “Artemis” es la única pieza con una referencia explícita a una deidad. Lo primero que destaca musicalmente es el uso del acordeón y la potencia vocal que emerge al final. La pieza ahonda en la figura de Artemisa como cazadora, mujer insaciable y poderosa.

La introducción de “Blood in the Wine” nos recuerda a las melodías de Ennio Morricone en los westerns que musicalizó. Sin duda es una de las letras más bellas del disco, gracias a su profunda simbología que vincula elementos de mitos judeocristianos con Baco, dios del vino, la fertilidad y la agricultura.

This Could Be a Dream” es la penúltima canción del disco. Es un tema oscuro con una cadencia hipnótica y una letra inspiradora que en ciertos pasajes vocales se asemeja a Cocteau Twins. “A Little Place Called the Moon” cierra The Gods We Can Touch, un material que sorprende por su duración y por el número de canciones que lo componen. La canción es un cierre espiritual mucho más experimental y contrastante. Según Aurora es el puente con lo que será su siguiente disco y su nuevo rumbo musical.

Después de escuchar a Aurora

Falta un largo trayecto rumbo a las listas de lo mejor del 2022, pero The Gods We Can Touch tiene suficientes elementos para anticipar que lo veremos aparecer en muchas de ellas. Es un álbum que demuestra una vez más la maleabilidad del pop y lo interesante y emocionante que puede llegar a ser en las manos de la persona indicada.

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