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Reseña: Yard Act – Where’s My Utopia?

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El pasado 1 de marzo de este año la banda de Leeds, Yard Act lanzó su segundo álbum Where’s My Utopia?, una producción divertida, atrevida y que, propone mucho a través de sus 43 minutos de duración.

La paranoia y el miedo que habitan en el vocalista James Smith son el motor creativo detrás de este álbum. Con letras cargadas de ironía, nos narran la historia de un mundo sumido en la miseria. Aunque estas letras podrían haber sido acompañadas por sonidos más oscuros, la banda optó por una dirección diferente.

Where’s My Utopia? es un álbum hecho para bailar, una producción que sabe cómo transmitir sus temas oscuros de paranoia y crítica social a través de un sonido alegre e irresistiblemente pegadizo.

Yard Act saltó a la fama en 2022 como el debut del año; se convirtieron en la banda del momento, aquella que todos querían escuchar, hasta el punto de que el mismísimo Elton John se declaró fan y colaboró con ellos en la canción “100% Endurance”. Con una notable acogida, alcanzaron el puesto número 2 en las listas del Reino Unido, llenaron conciertos y capturaron una devoción ferviente por este proyecto integrado por James Smith (vocales), Ryan Needham (bajo), Sam Shipstone (guitarra) y Jay Russell (batería).

A decir verdad, cuando escuché The Overload me pareció que, si bien era un buen disco, le faltaba algo de magia. A Yard Act y a su debut los catalogaron como la nueva sensación del post punk revival pero, teniendo lanzamientos gigantes como Skinty Fía ó Ants from Up There en el mismo año, me pareció que, este debut de la banda originaria de Leeds quedaba fuera de mi radar.

Pasó el tiempo, volví a escuchar The Overload y seguía sin entender la magia y sobre todo, el porque decían que el sonido de Yard Act era obsesivo. Recientemente pude apreciar una de sus actuaciones en vivo y, fue ahí cuando todo tuvo sentido.  

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Yard Act (2024). Foto: Aaron Parsons

Yard Act destaca por un sonido exuberante, caracterizado por guitarras potentes y un bajo robusto y letal que establece un ritmo agresivo e hipnótico. Las guitarras, que en momentos parecen implacables motosierras, en conjunto generan una sonoridad que trasciende lo convencional. Aunque es agresivo por momentos, el sonido de la banda se inclina más hacia lo desquiciado y visceral que hacia lo meramente fuerte y crudo.

Otro punto a favor de las canciones de Yard es que, poseen una estructura única y muy propositiva; sus estribillos son pegajosos, pero están llenos de creatividad para que enganchen a la audiencia; por ejemplo, tenemos ese estribillo divertido y dramático en la juguetona “Payday”.

Lo interesante con la música de Yard es que, la crítica social que realizan la ejercen de forma irónica y con un humor tan ácido que los desmarca por completo de sus contemporáneos. Las bandas de post punk revival por lo regular crean letras y sonidos introspectivos que se inclinan a un lado más oscuro y desolado; en el caso de Yard Act, nos encontramos con una fórmula que, aborda temas sociales pero con un humor inteligente gracias a las letras de James Smith. Otro punto a favor es que, el sonido si bien es crudo, es un sonido con una creatividad divertida y retorcida.

James Smith tiene un talento especial para escribir sobre las problemáticas de Gran Bretaña, describiendo con agudeza las deficiencias de la infraestructura del país, las desigualdades y las injusticias que afectan a las comunidades marginadas, especialmente a la juventud.

El grupo ha logrado crear una fórmula musical que se aleja del típico sonido del post punk revival y podría categorizarse en otros géneros. De hecho, la banda se ha mostrado crítica con la etiqueta de post punk, demostrando en este segundo álbum que son mucho más que una simple adición a la nueva ola de este género.

The Overload encontraba una fórmula poco convencional; utilizó trucos que hicieron que el álbum fuera divertido, rabioso y lleno de mucha adrenalina, pero, esta genialidad lo único que hizo fue, estar expectante a la gran prueba de todo buen debut, sí, me refiero al esperado segundo álbum.

En agosto del año pasado se estrenaba el single “The Trench Coat Museum”, una canción de 8 minutos que, podría clasificarse como la máxima creación del cuarteto de Leeds. “The Trench Coat Museum” es un viaje sónico en toda la extensión de la palabra; voces de narradores por todos lados, tornamesas desenfrenadas, voces distorsionadas, gritos alucinantes en algunos momentos construyen una narrativa en torno a gabardinas que se relacionan con sucesos bélicos para concluir en un outro una tormenta sónica bailable y desquiciante que, se aleja de todo el primer sonido de The Overload.

Podría decirse que, “The Trench Coat Museum” fue una demostración de lo que sería ester segundo álbum pues, Where’s My Utopia? es “The Trench Coat Museum” hecho álbum. Es una exploración sonora, una introspección para saber cuales son los límites del sonido de Yard Act y, tal parece, el grupo pareciera no tener límite alguno.

Para este álbum la banda contó con la participación del productor Kabaka Jr, mejor conocido por ser el baterista de Gorillaz. La producción es irreal; tenemos un popurrí de géneros que se articulan de forma brillante y van tejiéndose de forma natural. El álbum fluye de buena forma. El álbum recuerda por momentos a bandas como Bastille Boys, a Pulp o incluso al mismo Beck aunque, también recuerda a ese sonido del Demon Days de Gorillaz.

Where’s My Utopia?. Un baile visceral en una realidad agobiante. Reseña

“Welcome to the future, the paranoia suits ya” canta James Smith en la festiva “Dream Job”, con esta frase bien podría describirse lo que es este álbum en el sentido de que, es una fiesta que celebra a un mundo gastado, a una sociedad que está hecha mierda y que tal cual refiere la portada del álbum, el mundo está en un caos completo.

Where’s My Utopia? es el segundo trabajo de una banda que ya había mostrado gran promesa desde su debut. De forma rápida y directa, afirmo que Yard Act ha superado con creces el desafío del segundo álbum. No solo han cumplido con las expectativas, sino que las han rebasado de manera notable.

Where’s My Utopia? es un álbum único en su especie; es una obra repleta de creatividad narrativa, presentada como un programa de televisión que nos guía de una canción a otra. La ironía permea todo el trabajo, reflejando la realidad de nuestra sociedad como un espectáculo continuo, marcado por la comedia, la tristeza, y los desafíos de sobrevivir, soñar con el trabajo ideal, y encontrar nuestro lugar en un mundo en llamas.

De forma arrogante y confiada tenemos una introducción que abre el telón de este show; “It’s now my great pleasure to introduce to you, the greatest voice of the entire century” (“Ahora es un gran placer presentarles a la voz más grande de todo el siglo“) es lo que escuchamos después de unos aplausos y de esta manera es que Wheres My Utopia? arranca con “An Illusion”.

Se trata de un track ácido lleno de ironía como solo Smith sabe. “Its a bank holiday, so all the hospitals are shut, Guess I’ll have to saw of my own foot” (“Es día festivo, así que todos los hospitales están cerrados, supongo que tendré que cortar mi pie“) recita de entrada James Smith, acompañado de un bajo corpulento y una guitarra rítmica que apenas logra escucharse.

“An Illusion” es una canción que explora estribillos influenciados por el soul, el blues, el reggae y destellos de hip-hop. Los arpegios de guitarra envuelven la melodía en una atmósfera dulce, contrastando con la duda existencial que Smith recita hacia el final: “I’m in love with an illusion” (“Estoy enamorado de una ilusión”), frase que se repite varias veces hasta ser interrumpida abruptamente por cortes comerciales.

Los outros presentes en algunos tracks actúan como cortinillas televisivas, preparándonos para la siguiente canción. Por ejemplo, después de “An Illusion”, nos encontramos con cortes comerciales que anuncian el fin del mundo entre sonidos de disparos y otros efectos, creando una atmósfera donde, pese a la degradación global, lo único que parece importar es el lucro de las discográficas a través de la creación de hits.

“We Make Hits” es la historia de Yard Act, la letra nos dice tal cual como el grupo comenzó a crear sus primeras canciones pero, también nos habla de lo que es pertenecer a un sello discográfico tan grande como es Universal Music . Smith nos cuenta y se burla de la industria musical a la cual pertenece, admitiendo que, aunque ahora vive bien, es un prisionero más de ella y no tiene otra opción más que seguir creando hits para que su carrera no fallezca y es lo que consigue con este track.

Esta canción es un hip hop bailable, corto pero contundente, donde el bajo de Ryan Needham lleva la batuta, acompañado de cuerdas con tintes de funk y efectos sonoros que vuelven el sonido adictivo y el estribillo furiosamente pegadizo.

“Down by Stream” nos muestra el lado más Cypress Hill de la banda. Este track cambia por completo ese ritmo luminoso que trae “We Make Hits” y nos a adentra a uno más sucio, lleno de tornamesas distorsionadas y con un hip-hop dramático que se acompaña de pequeños riffs de guitarra que contrastan con esas sacudidas a las tornamesas; teniendo como protagonista una linea de bajo groove bien realizada.

El track es creativo, apuesta por una fórmula poco convencional; si bien el estribillo se encuentra ahí, no es de una forma genérica y, otra cosa, por momentos el sonido se da el espacio para ofrecernos sonidos de viento, como saxofones, haciendo que este track igual entre en el terreno de un jazz clásico. Esta melodía se ve interrumpida por un final en dónde el sonido desaparece y nos quedamos con un James que recita de forma oscura.

“The Undertow” comienza con la voz inquietante de Smith, convirtiendo el track en un contagioso y ruidoso pop teatral, con cuerdas que nos adentran en la música disco, sintetizadores brillantes y coros teatrales. Este himno, con su juego de voces entre los miembros de la banda, batería incisiva y sintetizador, construye hacia un caos sonoro que parece celebrar el apocalipsis.

“Dream Job”, el primer adelanto de Where’s My Utopia?, combina ritmos africanos con hip-hop incisivo cortesía de James Smith y cuerdas que rasgan como motosierras. Junto al bajo funky y la batería rítmica, crea una verdadera celebración sonora. A pesar de durar menos de tres minutos, este track demuestra que la brevedad puede ser sinónimo de fuerza.

“Dream Job” poco a poco va a aumentando en la festividad que ofrece, celebra por la paranoia, por la ansiedad que el mundo nos ofrece y es que, ante desgracias y demonios que nos atormentan en el día a día, qué mejor forma de evitarlos que ponernos a bailar un rato y aceptar que es lo que hay.

“Fizzy Fish” destaca por su capacidad para entrelazar el hip-hop con un rock más pesado sin perder la esencia de Yard Act. Con quiebres de guitarra y batería impresionantes, el track se mantiene afilado y dinámico, siempre alucinante. Demostrando la habilidad del grupo para sorprender con un espíritu punzante.

“Petroleum” nos recuerda más al Yard Act de The Overload. Es un track crudo, con cuerdas a medio tiempo que marcan un sonido tipo blues que poco a poco encuentra más confianza en un punk rock actual. El track evidencia el alto costo de la fama, el obtener nuestro sueño pero a cambio de qué; “My bones burn, and the brain that’s controlling them”, (“Mis huesos se queman, y al cerebro que los controla”).

La canción ofrece buenos riffs de guitarra que poco a poco van subiendo la intensidad para transformarse en un final inquietante, en un desenlace quizás inesperado pues, nos ofrecen una explosión sónica a través de tornamesas y riffs distorsionados a toda potencia que pareciera un incendio sónico digno de ser bailado.

“When the Laughter Stops” se beneficia enormemente de la colaboración con Katy J Pearson, cuya voz añade una dimensión punk dance al track. La línea de bajo contagiosa y la comedia ácida de las letras hacen de esta canción un momento destacado del álbum. Un tema bailable de principio a fin.

“Gritter Grief”, otro buen track, utiliza coros infantiles para crear una melodía divertida y pegajosa, mientras que los sintetizadores construyen un puente entre el hip-hop y el rock dance, finalizando en un clímax vocal apasionante por parte de James Smith.

“Blackpool Illuminations” es el corazón del LP, así lo ha dicho James Smith y, la verdad es que sí. Es el track más atrevido, más creativo y el que mejor se construye en todo el álbum. Son 7 minutos de una balada introspectiva; es un viaje estilo folk con elementos de jazz en donde somos testigos de los momentos más personales de la infancia de James Smith.

Poco a poco van apareciendo arreglos sonoros que acompañan a la voz pero, en ningún momento le roban la atención a tan conmovedor recital que ofrece James Smith; haciendo que el tema se sienta de un estilo de . El track es luminoso, hay flautas, violines, saxofones que pintan un relato conmovedor que trata por encontrar cual es la verdadera utopía en este viaje sónico que hemos recorrido a través de las canciones anteriores.

Tracks como “Blackpool Illuminations” demuestran la valentía de Yard Act para experimentar y explorar nuevas sonoridades, mostrando un grupo inquieto y dispuesto a expresar sus reflexiones sobre el mundo. Esta canción, que navega entre recuerdos y reflexiones personales con matices de afrobeat, se posiciona como uno de los mejores momentos del álbum.

“Blackpool Illumination” muestra de la inventiva propositiva que tiene la banda, muestra que no tiene miedo de ofrecer algo inesperado y es que, después de 9 canciones que van más en la línea del baile, uno lo menos que espera es encontrar un track brillante de jazz y afro beat lleno de emotividad y esperanza.

“A Vineyard for the North” es el final ideal para este baile apocalíptico. Es un cierre de música dance oscuro, inquietante que, asegura que vivimos en un infierno. Los coros de varias voces, el beat que se utiliza y el estribillo góspel a forma de himno entregan un cierre estremecedor que nos advierte del caos, sí, pero nos brinda esperanza en un mundo que se está incendiando y que, si bien uno es consciente de ello, no se atreve a mirar tan precioso caos que nos consumirá en algún momento; tan letal que el invierno no volverá en un mundo que arde; dándonos la esperanza en un viñedo plantado en el norte.

El nuevo disco de Yard Act. Post crítica

Es ambicioso, es divertido, dinámico, explosivo, reflexivo pero, sobre todo, es un letal paso adelante para una de las agrupaciones más propositivas de la escena rock de Reino Unido. Con Where’s My Utopia? El cuarteto originario de Leeds se desprende del arquetipo de banda de post punk y, dejan en claro que, más que un género son una banda que crea sonidos divertidos y que apuestan por un discurso letal y contundente dirigido a una sociedad que se pudre y se incendia en un realidad sucia y visceral.

Wheres My Utopia? Se coloca como el mejor trabajo de Yard Act y, sin duda será un referente dentro de la discografía de la banda. Con géneros que van desde, el hip hop, la música dance, el rock progresivo, el glam rock, el pop, folk, afrobeat, entre otros, tenemos un álbum que desafía las habilidades de la misma banda y deja ver todo el arsenal sónico del cual dispone esta agrupación; además de que, nos regala canciones creativas en su lírica y que en conjunto forman un relato ácido, cargado de crítica social que se acompaña con un sonido que pareciera es de una fiesta en el mismo apocalipsis.

Es un álbum que, muy pocas veces logran escucharse, que nos regala todo un viaje sonoro y que, sin duda, es de los mejores álbumes que han salido este 2024.

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