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Reseña: Royal Blood – Back to the Water Below

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El pasado 2 de septiembre el dúo inglés Royal Blood, formado por Mike Kerr (bajo) y Ben Tatcher (batería) publicó su cuarto álbum de estudio titulado Back to the Water Below, una producción de rock que llega 2 años después de su antecesor Typhoons el cual fue un álbum en dónde el grupo mostraba un cambio hacía la música dance sin perder esa rudeza que los caracteriza por sus densos riffs de bajo. Es así que, con este nuevo álbum, el dúo esta dispuesto a mostrar porque son los denominados salvadores del rock británico y enseñar que su formula aún no está desgastada y puede seguir reinventándose sin perder esa furia que mostraron en su álbum debut.

Compuesto por 10 tracks, el álbum tiene una duración de 30 minutos, es así que, el tiempo de este álbum es muy parecido alde sus antecesores por lo que, nos encontramos ante un disco digerible que en ningún momento se vuelve tedioso pero que, hay momentos en dónde no logra brillar tanto. A continuación, nos adentraremos por completo a este álbum y si de verdad es un digno sucesor de su antecesor.

Los salvadores del rock. Royal Blood. Historia.

Ya casi se cumplen 10 años del homónimo debut Royal Blood y desde entonces la banda no ha parado de crecer en popularidad dentro de la música rock. Con su debut, el dúo originario de Brighton demostró, a través de 10 temas, que con solo un bajo y una batería podían crear melodías estruendosas, pistas llenas de furia que parecen ser una auténtica explosión sónica. Con temas como “Out of the Black”, “Little Monster” y la icónica “Figure it Out”, el grupo presentó un estilo de rock influenciado por el garage, stoner y blues. Sin embargo, gracias a una técnica de bajo peculiar y una batería demoledora, pudieron ir forjando su propio estilo distintivo.

El bajo de Kerr es el pilar del sonido de la banda, creando riffs potentes que parecen provenir de una guitarra, pero no es así. El bajo de Kerr tiene la peculiaridad de producir dos sonidos: el de bajo y el de guitarra. Esto se logra mediante la división de señales de amplificadores para ambos instrumentos, lo que permite una mezcla que produce un sonido de guitarra crudo con frecuencias bajas.

royal blood - back to the water below

Royal Blood 2023. Foto: Tom Beard.

El componente principal de este dúo es la química que existe entre ambos, la cual ha permitido la composición de tracks sorprendentes; en cada una de sus composiciones logra apreciarse un bajo desatado que hipnotiza por la furia que desborda en cada una de sus cuerdas, a media que, la poderosa batería de Ben Thatcher logra intensificar más la adrenalina que el bajo ya ha planteado.

Ninguno de los dos sobresale más que el otro, cada uno siempre tiene su momento de brillar, ya sea en un solo de bajo desenfrenado en “Lights Out” o una batería caótica en la espectacular “Out of the black”. Los dos integrantes muestran que tan bueno es cada uno en la ejecución de su instrumento y eso se ve reflejado en sus tracks.

Con influencias notables de bandas como Muse, Queens of the Stone Age, Arctic Monkeys y Led Zeppelin, el grupo se distingue por un sonido pesado pero crudo. Algunas melodías tienen toques pop, especialmente en estribillos pegadizos como en “Little Monster”, pero el dúo siempre ha mantenido una densidad sónica en todos sus temas.

En Typhoons, la banda decidió explorar sus propios límites y mostrar al público hasta dónde podían llevar su sonido. En este álbum, se aventuraron en el terreno del dance rock, resultando en pistas rápidas, pegajosas pero intensas. “All We Have Is Now” es el último tema de Typhoons, y se diferencia de las demás canciones de la banda. En él, Royal Blood compuso una melodía melancólica basada en piano, en la que solo se escucha este instrumento acompañado de la voz nostálgica de Mike Kerr. Esta canción es una muestra del sonido que Royal Blood desarrollaría en su siguiente producción, de la cual hablaré próximamente.

Nadando en aguas oscuras. Reseña Back to the Water Below

En poco tiempo, la popularidad de Royal Blood ascendió vertiginosamente. Recibieron elogios de leyendas del rock como Jimmy Page y Lars Ulrich, y tuvieron la oportunidad de ser teloneros para grupos de renombre como Muse, Foo Fighters. Con sus tres primeros álbumes, alcanzaron el número 1 en las listas y se presentaron en festivales de gran renombre, como Glastonbury.

En 2014, cuando las listas estaban dominadas por artistas pop como Taylor Swift y Ariana Grande, el sonido rockero del dúo inglés captó la atención de la crítica. Fueron aclamados como “los nuevos salvadores del rock”. Aunque no han lanzado álbumes considerados clásicos instantáneos, han conseguido forjar un sonido que ha capturado el interés del público, convirtiéndose en una de las propuestas de rock más atractivas del momento.

Es así que, ante este éxito acelerado el vocalista Mike Kerr comenzó a tener una vida de excesos; con shows en dónde salía borracho, el vocalista se fue dando cuenta que su vida se estaba desmoronando poco a poco, es así que decidió poner un alto.  Fue en 2019 cuando Mike Kerr declaró que dejaría de tomar alguna gota de alcohol, con la llegada de la pandemia los integrantes se encerraron y comenzaron a crear nuevas canciones.

Mike Kerr aprovecho los demonios que tenía debido a su alcoholismo y a partir de ahí construyó Typhoons. Para Back to the Water Below, el vocalista escribió canciones que siguen esa misma línea de su alcoholismo, pero, ahora mediante un sonido más crudo, con tintes de nostalgia que son producidos por la incorporación de un piano en algunas de las canciones.

Mientras que Typhoons se percibe como una gran celebración, Back to the Water Below nos presenta un álbum más introspectivo, con piezas catárticas que tocan el alma y conmueven profundamente. En este trabajo, parece que Kerr está plenamente consciente de que, aunque uno pueda controlar sus demonios, siempre se camina en el filo de la tentación de sucumbir ante ellos.

El arranque de esta cuarta producción evidencia la brutalidad y el vasto repertorio sonoro que Royal Blood tiene bajo la manga. “Mountains At Midnight” comienza con un ímpetu explosivo que se sostiene a lo largo de toda la pista. Este tema recuerda las raíces del debut de la banda: es ágil, pegajoso y contundente. Acompañado de una batería desenfrenada y un riff hipnótico, este track nos sumerge en la batalla interna que Mike Kerr mantiene con sus demonios, todo ello con un sonido resonante pero pegadizo, recordando éxitos instantáneos como “Figure it Out” o “Come Over”.

En “Shiner In the Dark” nos encontramos con una melodía más juguetona que hace uso de un riff pesado con tintes funky. Aunque tiene una estructura más suave en comparación con su predecesor, su estribillo adictivo se asegura de atrapar al oyente. Y a pesar de esa ligereza estructural, la pista nos guía a través del dolor de Mike Kerr, quien acepta las aflicciones que han moldeado su vida y las batallas que le han dejado cicatrices en el alma; no obstante, continúa siendo ese destello en la penumbra.

Al llegar a “Pull Me Through” es cuando nos encontramos con el cambio radical del grupo en este álbum. Las primeras notas de piano nos recuerdan a la nostálgica “All We Have Is Now” pero ahora el piano se articula de buena manera al bajo y batería característicos del grupo. “Pull me Through” es una pista dramática, nos crea un momento desolador y nos transmite esa angustia por tratar de pedir ayuda en los momentos cuando nos estamos hundiendo en nuestros pensamientos. 

En este tema, el bajo se torna más sutil, permitiendo que el piano resplandezca y sumerja al oyente en melancolía. La batería de Ben Thatcher, se presenta con mayor delicadeza, utilizando percusiones más suaves que otorgan potencia al tema sin hacerlo estridente. Con una estructura reminiscente del rock de los 70, la canción se va moldeando poco a poco, apoyándose en el bajo, el piano y la batería, y poniendo especial énfasis en la interpretación vocal de Kerr para transmitir un mensaje claro: la necesidad de buscar ayuda en los momentos de mayor vulnerabilidad.

“The Firing Line” nuevamente destaca el piano, enriquecido con efectos sonoros que tejen una atmósfera de nostalgia y tensión a lo largo del tema. Este corte desvela una dinámica autodestructiva, retratando ese impulso de acercarse a lo que nos daña, aunque en cierto modo lo necesitemos. Ilustra cómo flirteamos con la tentación de sucumbir ante nuestros demonios.

Luego de dos temas melancólicos que presentaron un nuevo ángulo del sonido de Royal Blood, la banda opta por reinsertar un sonido más contundente y pesado. “Tell Me When It’s Too Late” es caótica desde el comienzo; su ritmo no es veloz, sino deliberadamente lento, lo que la hace sonar imponente. Kerr introduce un riff denso que rápidamente se sincroniza con la potente batería.

Líricamente, este tema sigue la misma senda de sus predecesores, inmersos en la resistencia de liberarnos de nuestros demonios y en la conciencia de un gradual desmoronamiento, hasta llegar al punto de liberar una avalancha de emociones. El track destaca por su constante explosividad, su sonoridad contundente y momentos que rozan un sonido Stoner particularmente denso.

“Triggers” arranca con una hábil ejecución de batería por parte de Thatcher, abriendo paso al enérgico bajo de Kerr. El riff de bajo es ágil y se acopla perfectamente al estribillo lírico y pegajoso de Kerr, cuya interpretación, en este caso, se caracteriza por ser más rápida que en los temas previos. Aunque no tiene la robustez del track anterior, sí muestra una agilidad notable. Con un destacado solo de bajo, la canción se encamina hacia su culminación, dejando espacio para que la batería brille y conduciendo hacia un desenlace ardiente.

“On the precipice, over the abyss,Dark oceans crashing down, they swallow me whole” (“En el precipicio, sobre el abismo,Océanos oscuros que se estrellan, me tragan entero“) canta Kerr al principio de “How Many More Times”, un track agobiante; un corte que nos zambulle en un mar de oscuridad, de pensamientos desolados y de la frustración de intentar algo y siempre volver a caer. El sonido de este track reluce nuevamente por el piano, pero ahora el bajo crea unos matices más relucientes haciendo que sea un corte más emotivo.

Al acercarnos al final del álbum, nos topamos con “High Waters”, un tema frenético que se inclina hacia un matiz más pop sin sacrificar el característico y robusto bajo de Kerr. La pista nos lanza mensajes de esperanza, alertándonos de que se está cerca de superar esas aguas tumultuosas. El proceso es difícil pues, las aguas son cada vez más altas. Su estructura de estribillo fácil, recuerda un poco a temas como “Hold On” de su anterior álbum. Es un tema rápido al que no cuesta trabajo engancharse.

“There Goes My Cool” tiene una estructura de rock setentero que hace recordar el estilo de McCartney. Es muestra de que Royal Blood no solo se trata de tirar riffs desenfrenados y golpeteos de batería. En este track y en el álbum en general el dúo lograr mostrar que pueden crear canciones más melódicas y más tranquilas obtenido un resultado de nostalgia que hace vibrar nuestros sentimientos.

“Waves” nos presenta la conclusión del álbum, una balada melancólica construida sobre la base de bajo, batería y piano. Es un tema que nos advierte del peligro inminente, incitando a la reflexión sobre las consecuencias de dejarse arrastrar por las corrientes desfavorables en las que nos encontramos. El piano se erige como el guía principal, fusionándose con el bajo y la batería, conduciendo a un final catártico en el que todos los instrumentos convergen intensamente hasta culminar en un cierre abrupto, marcando así el final de Back to the Water Below.

Post critica. Flotando en aguas profundas.

Back to the Water Below marca el regreso de Royal Blood tras 2 años de inactividad. Si en Typhoons teníamos un álbum lleno de energía y algunas letras pesimistas; en éste tenemos un balance en el apartado lírico. El sonido es más tranquilo, siendo un rock que nos recuerda a la década de los 70 y en ocasiones a un rock psicodélico. Aun con ello, este álbum se siente más asfixiante que sus predecesores.

Back to the Water Below muestra que Royal Blood no es solo una banda que puede entregar riffs demoledores, sino que, es una agrupación capaz de crear canciones más melódicas y nostálgicas, las cuales, debido a sus letras tan sentimentales, se vuelven tracks melancólicos y desgarradores.

Si bien el álbum no cuenta con himnos de estadio como lo puede ser “Out of the black” o “Troubles Coming”, sí triunfa en las canciones más nostálgicas y en donde el piano se hace presente, como lo puede ser “Firing Line” o “Pull Me Through”; lo cierto es que en pistas más enérgicas como “Triggers” o “High Waters” el grupo se queda a medias en crear canciones que realmente sean explosivas y disfrutables.

El dolor se siente palpable en cada canción del álbum, con un sonido adecuado para reforzar el sentimiento de las letras, Back to the Water Below triunfa al ser un álbum que trata de ahogarte en su duelo y sufrimiento, a medida que ofrece un nuevo terreno sonoro en la discografía de este dúo de rock.

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