fbpx

Reseña: Vampire Weekend – Only God Was Above Us

Vampire-Weekend-Only-God-Was-Above-Us

“Fuck The World, You Said It Quiet, No One Could Hear You, No One But Me” (A la mierda el mundo, lo dijiste tranquilamente, nadie pudo escucharte, excepto yo”).

Inicia con un susurro: ‘A la mierda el mundo’, palabras que abren tanto la canción ‘Ice Cream Piano’ como el álbum ‘Only God Was Above Us’ de Vampire Weekend. Este grupo, emblemático de la ola hipster de mediados de los 2000 —al igual que las películas de Wes Anderson—, ha evolucionado hacia un estilo cada vez más complejo y distintivo. Aunque algunos críticos los tilden de pretenciosos, lo cierto es que Ezra Koenig, líder indiscutible del grupo, ha cultivado una visión musical que, aunque roza con el snobismo, refleja su peculiar erudición, posicionando a la banda como referente de un indie intelectual y distintivo.

Only God Was Above Us
Vampire Weekend. Foto : Daniel Pakopcyk

El punto de inflexión para Vampire Weekend ocurrió con Modern Vampires of the City en 2013, un álbum que no solo fue aclamado por crítica y público sino que también estableció un hito en su carrera. ¿Podrían superar ese legado?

De un accidente en avión a un homenaje conmovedor al hogar. Crítica de Only God Was Above Us

El último trabajo de la banda, Only God Was Above Us, se inspira en un incidente casi fatal: el desastre del vuelo 243 de Aloha Airlines, donde, después de que el fuselaje del avión se desprendiera en pleno vuelo, los pasajeros, expuestos a los elementos, sobrevivieron milagrosamente gracias a la pericia de sus pilotos. Luego de resistir los vientos de alta presión y la temperatura inclemente, un sobreviviente describió el evento diciendo que “solo Dios estaba sobre nosotros”, frase que da título al álbum y establece un marco narrativo profundamente conmovedor.

La historia inspiró a Ezra Koening pero no para hablar directamente del incidente sino para ir a ese Nueva York nostálgico de 1988, mientras vemos a un chico leer esta historia, también observamos ropa y calzado de la época en una imagen vieja como si de una Polaroid se tratase. Y alguien caminando sobre ventanas del metro de Nueva York como si fuera un fantasma de otra dimensión u otro tiempo.

Desde la apertura con el sonido de la estática de una guitarra en “Ice Cream Piano” hasta el cierre con “Hope”, “Only God Was Above Us” se presenta como una obra redonda y sólida, reminiscente de un doblón de oro brillante y precioso. Este álbum no solo mantiene, sino que eleva el legado de Vampire Weekend, presentando una profundidad temática y musical que confirma su lugar como héroes indiscutibles del indie.

La ya mencionada “Ice Cream Piano” que comienza con guitarras eléctricas con fuzz se transforma en una montaña rusa de piano, cuerdas a lo ELO, batería y distorsión puntiaguda. Es un inicio emocionante, ya no estamos en Hawaii con la nota de un avión en picada, estamos comprando una rebanada de pizza a un dólar en las calles de Broadway mientras “En sueños gritamos en un piano delicadamente alcanzando las notas altas”. Only God Was Above Us es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes homenajes que se le han hecho musicalmente a la gran manzana en el siglo XXI.

“Only God Was Above Us” no solo construye sobre el legado de Modern Vampires of the City, sino que expande su narrativa, adentrándose en un Nueva York nostálgico y mitológico. En este álbum, Vampire Weekend evoca una ciudad que ya no existe, poblada por personajes tanto encantadores como despreciables, cuyas historias se desarrollan bajo el sol y la sombra de la metrópolis tanto antigua como moderna.

El tema “Classical” captura esta añoranza con la nostalgia de un hippie veraniego en su guitarra acústica, protestando contra guerras y las crueldades del pasado que hoy se veneran como clásicos. Ezra Koenig despliega un riff de guitarra magistral que se entrelaza con la orquestación elegante de Will Canzoneri y Ariel Rechtshaid. La letra “Untrue, Unkind and Unnatural, How The Cruel With Time, Becomes Classical” (“Falso, detestable y artificial, como lo cruel con el tiempo se vuelve clásico”) refleja esta crítica con una vibra jazzera que se transforma en un caos controlado de free jazz hacia el final, con un saxofón desenfrenado, percusiones cristalinas y arpegios de piano que culminan la pieza.

“Capricorn”, ya destacado en nuestras recomendaciones quincenales, se reafirma como un hito del art rock y el barroco musical en la discografía de la banda. Este single se presenta como una reflexión poética y elevada sobre la crisis de la mediana edad y el redescubrimiento personal en un entorno urbano que parece fantasmal y fuera de tiempo. Un clásico instantáneo de la banda y del subgénero en general, una pieza soberbia poética y exaltada, una obra que hace sucumbir ante ella, una clase magistral de como hacer un tema de altísimo calibre que solo puede salir de genios que entienden el espíritu y fuerza de lo que es saber amalgamar lo mejor que tienen.

La canción captura la esencia de enfrentarse a la edad adulta con versos como “Too Old For Dying Young, Too Young To Live Alone, Sifting Through Centuries, For Moments Of Your Own”, (Demasiado viejo para morir joven, demasiado joven para vivir solo, examinando siglos, para tus propios momentos”) explorando la melancolía de pasar la juventud y la búsqueda continua de significado personal.

Capricorn es un balance justo, exacto entre el barroco académico y la experimentación musical coronado por un solo de guitarra excelente y conmovedor. Arte puro.

El cuarto tema, “Connect“, podría considerarse una destilación perfecta de todo lo que Vampire Weekend ha sido y se ha convertido. De ser una banda sonora habitual de radios universitarias a convertirse en una de las figuras más destacadas de la música del siglo XXI, “Connect” encapsula la esencia de la banda. Al abrir este track, se tiene la sensación de descorchar una botella del más fino vino que ha madurado con el tiempo. Este tema me ha emocionado profundamente, llevándome casi a las lágrimas al contemplar cómo han logrado condensar su viaje en una sola pieza musical, imbuida de una profunda nostalgia.

“Prep-School Gangsters” adopta un tono post-punk reminiscente de bandas como Young Marble Giants y nos narra la venganza de los marginados del sistema contra una élite académica indolente y presuntuosa. Esta canción refleja una respuesta de Ezra Koenig a aquellos que critican los privilegios de su educación, ofreciendo una mirada autocrítica y poderosa: “Llámame celoso, llámame loco, ahora tengo lo que tenías, alguien en tu árbol familiar que es exactamente igual que yo”.

“The Surfer” es un mosaico de ideas y sonidos que la banda entrelaza con una sección rítmica de bajo y batería densa con un sonido de teclados noir y ambientales. Lluviosa como un julio neoyorkino, experimental y armónica a la vez con un juego de grandes guitarras, metales y teclados. Es un tema donde la banda se nota a sus anchas experimentando y recreando sonidos hipnóticos que nos mantienen en trance de inicio a fin. Y consiguen llevarnos a donde nos han apuntado llegar donde de vuelta la ciudad vuelve a ser protagonista.

“Gen-X Cops”, lanzado junto con “Capricorn”, presenta un contraste audaz con un legado punk y new wave. Sus letras discuten los choques generacionales, sugiriendo que los rebeldes de ayer son los conservadores de hoy: “It Wasn’t Built For Me, It’s Your Academy, But In My Time You Taught Me How To See, Each Generation Makes Its How Apology” (“No se construyó para mí, es tu academia, pero en mi época me enseñaste a ver, cada generación hace su propia disculpa”). Este tema refleja el espíritu más libre y desenfrenado de Vampire Weekend, recordando los vibrantes sonidos de sus álbumes Contra y su debut.

“Mary Boone” se erige como una fusión sublime entre “Step” y “Hannah Hunt” de su aclamado álbum Modern Vampires of the City, pero visto a través de un prisma renovado. Es una de las piezas más tiernas y encantadoras de un disco ya repleto de belleza. En esta ocasión, la ciudad de Nueva York vuelve a ser el eje central, narrando la historia de una inmigrante que busca su lugar en la Gran Manzana.

La letra “Oh, mi amor, ¿Todo fue en vano? Todos queremos dinero, pero el dinero ya no es el mismo ahora”, acompañada de coros femeninos angelicales y arpegios de teclado cada vez más hermosos, aborda con delicadeza el desafío de la migración y la búsqueda de un futuro mejor.

“Pravda” evoca los sonidos tribales característicos de los primeros trabajos de la banda, destacándose por una excelente línea de bajo y cánticos autóctonos. Aunque es una pieza breve, su estructura dinámica con rápidas subidas y bajadas aporta intensidad sin sobrecargar el álbum.

Caso contrario es “Hope”, obra final de este album, se trata de la pieza mas larga del album cerca de los ocho minutos. Y hay que decirlo; como cierre es el mejor cierre de una obra en la carrera de Vampire Weekend.

Vampire Weekend por un viaje hipnótico de bajeo, un piano protagonista y arpegios de guitarra con una delicada batería casi matemática nos llevan por una historia, una historia que titulada de forma irónica “Hope” nos habla de situaciones terriblemente negativas mientras peleamos con un enemigo invisible.

La guerra arrasando, las embajadas tomadas, los edificios destruidos, los suicidios aumentando, las banderas pisoteadas, los asesinos libres, Ezra Koening nos dice “Our Enemy Is Invisible I Hope You Let It Go” (“Nuestro enemigo es invisible, espero que lo dejes ir“), no se refiere a dejar ir al enemigo si no a dejar ir esa sensación de negatividad ante un mundo donde indudablemente muchas cosas malas pasan, hay que dejar de sobre carburar, de estresarse, el escenario se puede ver apocalíptico pero no depende de nosotros, civilizaciones, naciones, pueblos, han ido y venido, se han levantado y caído.

Este cierre formidable, la pinza exacta sobre la nostalgia confrontada con la realidad actual, es la pieza final de cuarenta y siete minutos inolvidables.

Solo Dios está sobre este disco. Post reseña

Soy agnostico, pero jugando con el título del álbum, no veo cómo se pueda hacer algo mejor que esto. Vampire Weekend ha logrado su punto más alto y en el pasado ya habían llegado a un nivel de excelencia con Modern Vampires Of The City. Pero no voy a caer en el juego de decir cuál de las dos obras gigantescas de esta banda es la mejor. Yo las considero obras hermanas, obras que se complementan, que perciben inquietudes que van en la misma dirección. En todo caso Only God Was Above Us es claramente un nuevo clásico del art rock y la música indie.

Una obra evocadora, libre, arriesgada, compleja, conmovedora, valiente, bella, inspiradora, nostálgica, vanguardista. Un disco que conforme pasen los años ganará mucho en su apreciación. Está destinado.

columna musical 95

En Columna Musical te ofrecemos la música que está sorprendiendo este 2024 , pásate por nuestras recomendaciones quincenales o también nuestra reseña de Yard Act y su espectacular álbum Where Is My Utopía?.

Quédate, tráete tus gafas de pasta, aquí nos leemos.