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Reseña: Beth Gibbons – Lives outgrown

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By Lleimz ML

A lo largo de la historia de la música popular internacional han existido voces femeninas tan singulares que son irrepetibles. Desde la época de los veinte, treinta y cuarenta hasta la actualidad, hemos presenciado el surgimiento de figuras icónicas. En los noventa, emergió una camada de solistas y líderes femeninas de bandas alternativas que dejaron una marca indeleble, como Björk, PJ Harvey, Tori Amos, Alanis Morissette, Shirley Manson, y la persona que hoy nos ocupa: Beth Gibbons, la frontwoman de Portishead.

En 1994, el disco Dummy cambió el sentido de lo que podía ser el trip-hop. No solo ofreció canciones etéreas y viajadas, descendientes del hip-hop vanguardista, sino que Dummy demostró cómo se podía evolucionar dentro de la música electrónica, “hacer llorar a las máquinas” con una melancolía única. La voz de Gibbons, evocadora de una gran hechicera wicca, creó ambientes sensuales y ritmos innovadores.

Portishead tiene una carrera casi impoluta con tres discos de estudio sobresalientes e influyentes para su época, así como un álbum en vivo en Nueva York que fácilmente podría entrar en el top ten de los mejores discos en vivo jamás grabados. Ahí, la voz de Beth alcanza alturas históricas.

Tras el techo creativo llamado Third de 2008, es probable que Portishead no regrese. El trío de genios quizás no se vuelva a juntar, pero aquí tenemos el primer álbum solista de Beth Gibbons. No como consolación, pues eso sería menospreciar su trabajo, sino más bien como un regalo inesperado que sabe ganarse su propio terreno.

Lives Outgrown Beth Gibbons
Beth Gibbons. Foto de prensa 2024.

Crítica de LIves Outgrown de Beth Gibbons. Un disco inesperado…y fascinante.

Todos los amantes del Alt-Folk quedarán cautivados por el primer álbum solista de Beth Gibbons. Fiel a su estilo experimental heredado de su famosa banda, Gibbons intercambia las máquinas, teclados y sampleos por una ejecución completamente folk y celta. Sin embargo, lo hace a su manera, empleando guitarras que siguen patrones experimentales, hipnóticos y repetitivos, cuerdas misteriosas que añaden densidad a los temas y percusiones que, aunque recuerdan a la electrónica, se manifiestan en instrumentos rudimentarios como tambores y bombos tribales.

Desde el inicio en “Tell Me Who You Are Today”, es evidente que no nos encontraremos con el típico álbum de folk. Beth Gibbons y sus músicos retuercen la idea de un trabajo que, a pesar de estar lleno de elementos, mantiene una austeridad musical que sirve a un propósito atmosférico total. No hay vuelta atrás en el segundo track, la espectacular “Floating On A Moment”, con su riff de guitarra acústica seca y rudimentaria que se va enriqueciendo con coros etéreos y sonidos percusivos, incluso de arpas.

La voz de Beth luce todo el track, la edad de nuestra cantautora es protagonista total del álbum, de lo que se aprende con la vida, la madurez que no solo es física si no también emocional e intelectual, los dolores del pasado y las ansias de avanzar para dejar eso atrás.

“Burden Of Life” posee ese sentimiento de total extrañeza bajo unas percusiones de tambores y bombos muy consistentes como la base de algún buen tema electrónico, tenemos coros, un acordeón y sobre todo unos arreglos de cuerdas espectaculares.

“Lost Changes” es lo más convencional que nos puede ofrecer un disco de folk experimental atípico de una cantante siempre innovadora, mientras “Rewind” suena a un ataque de violenta música celta , como si estuviera usando power chords en la guitarra acústica y potentes golpes de tambor, suena violenta y aguerrida “And The Wild Has No More To Give, Makes No Sense, This Place Is Out Of Control”, (“Y lo salvaje no tiene más que dar, no tiene sentido, este lugar está fuera de control”), canta Gibbons cuando como un taladro entra un ataque de bajo y golpeteos percusivos, el tema tan hipnotico como apabullante termina con diálogos de niños sobre la oscura y melancólica atmósfera creada por la música.

“Reaching Out” es el tema que más se acerca a un sonido industrial y de folktronica. Aquí se confirma que el estilo seguido en todo el álbum solista de Beth Gibbons es aquel en el que podría haber compuesto cualquiera de los temas de Portishead, pero cambiando lo electrónico por instrumentos orgánicos. Al igual que en “Third” de la mencionada banda nos entregaron la inmortal “The Rip”, este disco transmite una sensación similar. “Reaching Out” es una locura, y es perfectamente aceptable que Gibbons aplique lo aprendido en Portishead a su disco solista.

¿Está mal que Gibbons nos recete lo aprendido en Portishead para su disco solista? Para nada. Conforme avanza cedemos más y más y en este punto ya nos tiene ganadora por completo.

“Oceans” emerge como una calma nocturna tras el tumultuoso track anterior, desplegando un lamento profundo sobre la maternidad que llena cada rincón del espacio sonoro.

En “For Sale”, breves destellos de violín dan paso a una melodía elaborada que reflexiona sobre cómo, con el tiempo, los sueños no cumplidos se ponen a la venta. La atmósfera del tema, impregnada de melancolía y teñida por una oscura estética celta, convierte la canción en un retrato emotivo de la resignación.

“Beyond The Sun” inicia con un piano eléctrico. Pronto se suman cuerdas, sintetizadores y una sección rítmica de corte marcial, que juntos escalan hacia un clímax abrumador adornado por vientos como trompetas, tubas, gaitas y clarinetes. El ritmo, tribal y etéreo, culmina en una explosión sonora. “Beyond The Sun” de Beth Gibbons, se destaca como una de las mejores canciones de 2024, gracias a su ingenioso uso de los instrumentos y su capacidad para llenar el espacio sonoro con una economía de sonidos que la eleva a la categoría de obra maestra.

“Whispering Love” es agridulcemente encantadora, liderada por el sonido de una flauta y un obsesivo arreglo de otro instrumento de viento. La canción aumenta en dramatismo hasta cortarse abruptamente con el sonido de una campiña inglesa al amanecer, evocando granjas y los sonidos matutinos típicos del campo. Este idílico cierre del álbum es una atmósfera dulce y evocadora que constituye un magnífico cierre para el disco.

Una mujer fantástica. Post reseña.

Hay muchas razones para admirar a Beth Gibbons , desde su icónica voz, sus desgarradoras letras, su compromiso con la música innovadora y experimental, su calidez humana, etc, y ahora podremos agregar que como solista, la rompe totalmente, que no necesita de su consagrada banda para presentar música de altos vuelos y que si bien Portishead no ha salido completamente de su inspiración a la hora de ensamblar sus canciones, esto para nada es negativo. Amantes de la voz de Beth la bruja wicca, de Portishead, del Folk alternativo y experimental, de los discos enigmáticos, de la melancolía y oscuridad, están de plácemes, LIves Outgrown es un disco que los dejara completamente fascinados y una de las obras del año.

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Quedate, escucha en una luna llena este álbum, aquí nos leemos.