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Reseña: Shana Cleveland – Manzanita

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®Hardly Art

Shana Cleveland, líder de la banda rockanrolera, La Luz, aprovechó el encierro pandémico para hacer florecer su creatividad. No solo entregó junto con su grupo dos discos, en 2021 y 2022, sino que este año regresa como solista con su tercer álbum de estudio. Algo que no hacia desde 2019. Manzanita es el resultado. Y vaya que se trata de uno de los discos más interesantes de la primera etapa del 2023.

Con ustedes, Shana Cleveland

Shana Cleveland creció en una familia de músicos. En la secundaria comenzó a tocar el bajo y escribir sus propias canciones. La también artista visual comenzó una travesía los años posteriores: de Kalamazoo, Michigan a Chicago. Y luego de terminar la universidad, a Los Ángeles. Seattle fue la siguiente locación.

The Curious Mystery sucedió allí. Esta banda, fundada por Shana Cleveland y Nicolas Gonzalez comenzó a mediados de la década del 2000. Al final de aquella década lograron firmar con K Records y lanzaron dos álbumes que navegaban por el sonido Americana, así como la psicodelia. Y ahí se acabó esa historia.

Seguimos en Seattle, pero ahora es 2012. Motivada por el Rock and Roll, el Surf y personajes como Link Wray (de quien te contamos a detalle aquí), Shana fundó La Luz en donde es guitarrista y vocalista principal. Este fantástico cuarteto, integrado en sus comienzos por Marian Li Pino, Alice Sandahl y Abbey Blackwell (luego reemplazada por Lena Simon), ha publicado cuatro álbumes de estudio. El último de ellos es homónimo y se estrenó en 2021. Yo te recomiendo escuchar “Floating Features”.

Shana en solitario. La grabación de Manzanita

Una loba solitaria. La carrera como solista de Shana Cleveland empezó desde 2015 con el disco Oh Man, Cover the Ground. Años más tarde, ya trabajando con Hardly Art (subsidiaria de Sub Pop Records), publicó Night of the Worm Moon. Este álbum de 2019, cuya colorida portada ya lo hace genial, le permitió a la cantautora distraerse del Rock and Roll con un género que siempre le apasionó: el Folk, y todo lo que se encuentre en el camino. De ese disco te recomiendo la totalmente Western “Face of the Sun”.

El camino hacia Manzanita no fue sencillo. Su génesis viene desde 2020. El proceso de maternidad y una gira cancelada por cáncer de mama en 2022 definitivamente no son cosas para las que alguien está preparado. La primera mitad se grabó cuando Shana estaba embarazada y en su casa de Los Ángeles, California. La segunda parte se grabó después del parto. Todo había cambiado.

Las grabaciones de Manzanita se llevaron a cabo en… ¡Seattle! Concretamente en el estudio Dandelion Gold de su amigo Johnny Goss. Los músicos convocados en estas sesiones incluyen a: Olle Eshleman en la pedal steel guitar, Abbey Blackwell (sí, la de La Luz) en el contrabajo, Will Sprott (pareja de la cantautora) en todo lo demás: sintetizadores, piano eléctrico, órgano, dulcémele, glockenspiel, clavicordio.

Manzanita de Shana Cleveland se estrenó el pasado 10 de marzo de 2023. Lo publica Hardly Art y muestra a la música luciendo zapatos blancos y traje negro. Sostiene una guitarra de cuyo brazo nacen flores blancas. Aunque es de noche, una luz la ilumina al centro. El escenario es desértico. ¿Y la música, qué escenario dibuja?

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Shana Cleveland. Foto: Kristin Cofer

Encuentro con Manzanita. Reseña

El Folk y la psicodelia llevan conviviendo desde la década de los 60. Desde esa época, artistas como Donovan, Strawberry Alarm Clock y muchos ingleses habían decidido explorar en atmósferas densas cuando no espeluznantes. Ese lado oscuro, propenso a las historias e imágenes fantásticas, evolucionó las décadas posteriores con nombres como Freak Folk y Gothic Folk.

Tan potente como sutil, Manzanita es, en lo general, Indie Folk, y escarbándole: Pop Barroco, Folk Psicodélico, Country. Todo encaja a la perfección durante sus 14 pistas. El álbum tiene una fórmula sencilla y agradable. Avanza en una combinación de temas cantados e instrumentales, esta sucesión nunca decae en calidad, por el contrario, nos entrega temas de grandes ornamentos y punteo en la guitarra acústica cautivador y emotivo.

Pero también nocturno.

Manzanita empieza a oscuras. En su tema inicial, “A Ghost”, el punteo de la guitarra acústica y el shaker dibujan una atmósfera árida y desolada durante los primeros segundos. Después, cuando Shana y el resto de los instrumentos entran a escena, el paisaje sonoro se enrarece. Varios elementos abonan para hacer esto memorable: la etérea voz de la cantante, la amplitud de los tambores y, sobre todo, el mellotrón.

El solo de dicho instrumento y la forma en la que languidece apoyándose en la sección de cuerdas, augura un disco cautivador y alienante a la vez. Y qué decir de la letra: “When you wake up in the night / I’m lyin’ next to you / Can I come through?” (“Cuando te despiertas por la noche / Estoy acostada a tu lado / ¿Puedo atravesarte?“), que le da voz a una fantasma buscando interactuar con alguien.

El disco continúa con “Bloom”, de apenas 11 segundos, que funciona como la versión sonora de la frase “ya me pegó el peyote”. Y luego inicia “Faces in the Firelight”, cuya atmósfera es mucho más cálida. El talento de Cleveland como cantautora se hace presente con imágenes tan bellas como: “You are just a little light / Exploding on all sides / Do you love me like I do you?” (“Eres sólo una pequeña luz / Explotando por todos lados / ¿Me quieres como yo a ti?“) la cual le habla a su hijo aún no nacido.

El tercer tema es un Folk tan melódico que también es Pop; encima tiene orquestaciones, entonces termina por ser una experiencia barroca-sesentera. Si he de resaltar algo más además de la envolvente atmósfera, entonces es el contrabajo, en quien recae la responsabilidad de mostrar el camino por donde el resto de los sonidos transitará.

“Mystic Mine” es una de las canciones que mejor retratan el sonido de la psicodelia original. Su letra toca un tema clásico: el regresar al campo como representación de la búsqueda por encontrar un lugar un lugar seguro. Esto está ligado con otro tópico recurrente en Manzanita y del que ya te he mencionado: la maternidad. Sonoramente, la mezcla de armonías vocales, panderos, y los destellos del glockenspiel, nos transportan fácilmente a la costa oeste de Estados Unidos.

Manzanita cuenta con un punteo de guitarra que se mantiene constante en cuanto a calidad se refiere durante todo el LP. Sin embargo, siempre hay momentos mejor logrados y “Quick Winter Sun” es uno de ellos. Con las cuerdas afinadas en sol, la atmósfera aquí se presta para ambientar un ocaso. Acompañando a Shana en la guitarra se aprecian los acompañamientos de cuerdas y un sutil piano eléctrico.

Para tratarse de una pieza que habla sobre un efímero día de invierno, Shana ha logrado crear un material cuyo nivel de ornamentación la vuelve a colocar dentro del misticismo sesentero.

A la mitad del disco se encuentran “Bonanza Free” y “Gold Tower”. La primera es un nuevo interludio de guitarra y la segunda nos trae de regreso aquellas sensaciones de extrañeza del tema de apertura. La magia está en la combinación del punteo campirano, la voz fantasmal y las notas alienantes que entregan los teclados. A esta pieza se le añade la pedal steel guitar para darle aún más melancolía al paisaje sonoro.

En una entrevista con American Songwriter, Shana destaca los siguientes versos para dibujar su preparación hacia la maternidad: “I have been alone as long as I have been / I want to tell you now if I let you down, if I let you down, bury me in the ground / I want to be yours” (“He estado sola todo el tiempo que he existido / quiero decirte ahora si te defraudo, si te decepciono, entiérrame en la tierra / quiero ser tuya”). La entrega que representa este cambio en su vida es hermosamente retratada en ésta y otros de los tracks ya mencionados.

Hay varias cosas geniales en “Babe”. Desde el comienzo la pista es cinematográfica. Las cuerdas de la guitarra no son punteadas sino rasgadas; añadiendo una sensación intrépida que contrasta con el piano. Regresa el shaker, la pedal steel, el instrumento drone de los vaqueros, suelta notas que se desdibujan como el humo de una fogata. Su letra es igual de interesante.

La narrativa de la canción empieza cuando aún no amanece y termina en pleno día. Al comienzo, sabemos que la voz lírica está observando a alguien. Su fraseo es acechante, lo cual contrasta con la calidez maternal de otros tracks. El cierre, luego de una gran interpretación en el piano, es potente e inconcluso con Shana dibujando la escena de un bebé acercándose a una serpiente bajo el sol de verano.

La breve “Ten Hour Drive Through West Coast Disaster” es, instrumentalmente, de lo más ácido del disco. El teclado y los efectos de sonido que lo acompañan siguen esa raíz que dejó “Strawberry Fields Forever” en la psicodelia. Por su parte, Cleveland nos entrega un estupendo poema cuyas imágenes naturales brillan en ingenio y colorido.

Nos encaminamos a la conclusión de Manzanita y el talento en la guitarra no cesa. En “Evil Eye”, la letra suena hasta el primer minuto. Antes se aprecia el punteo característico de la guitarra, que ahora tiene un aire marcial gracias al redoble en el fondo. Por su entonación se asemeja a “Quick Winter Sun” y su atmósfera es similar. Sin embargo, la forma en la que la guitarrista desliza sus dedos entre las cuerdas alcanza un clímax muy emotivo.

Mayonnaise” es uno de mis momentos favoritos y todo radica en cómo fueron interpretados el piano y la pedal steel guitar. Tanto Will Sprott en el piano, como Olle Eshleman en la steel, crean una atmósfera que es tanto Vaudeville beatlesco como Country alucinante. Me parece, incluso, más fantasmal y juguetona que el tema de apertura. Escuchemos:

“Sheriff of the Salton Sea” es la última canción instrumental –y mi favorita entre los tracks afines–. Su título hace alusión al Lago Salton, uno de los tantos cuerpos de agua venido peligrosamente a menos por la huella del hombre y el cambio climático. Húmedo y árido a la vez, este paraje contaminado es retratado con la fantástica interacción entre la guitarra, que durante la primera parte es una locura, y el dulcémele. Es fácil adentrarse a su atmósfera cinematográfica y eso la hace estupenda.

El disco cierra con una de esas canciones que engloban muchas de las exploraciones que otros tracks propusieron de forma individual. De ahí que “Walking Through Morning Dew” nos traiga de regreso instrumentos que hace tiempo no aparecían, como el contrabajo, y los sintetizadores. Todo esto tejiéndose al unísono con la voz vaporosa, el punteo, y la pedal steel. Soltaré un nombre para esta combinación solo por creatividad. “Sci-Fi Folk”. Basta escuchar los ecos primigenios que suelta el sintetizador, o cuando de plano se pone a lanzar rayos láser.

Uno de los mejores discos de Folk de 2023

Este tipo de Folk, cuyas notas de guitarra se esparcen por las áridas llanuras, tiene un encanto especial. Shana Cleveland lo transmite con talento e ingenio. Sus exploraciones por los sonidos de la noche contrastan, por momentos con la calidez de algunas de las imágenes maternales. ¿Pero quién dice que la oscuridad no tiene brazos para acurrucar?

Tan atmosférico como hipnotizante. Manzanita de Shana Cleveland toma lo necesario de la psicodelia para darle a su guitarra y su voz, una paleta de colores nocturnos y alterados. Sus mejores temas tienen una sutil capa de extrañeza que las enrarece sin deformarlos demasiado para alejarnos. Todo lo contrario, las canciones resultan más atractivas.

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En Columna Musical disfrutamos escuchar indie folk y hay varios discos que podríamos recomendarte. Por ejemplo, está Dragon New Warm Mountain I Believe in You de Big Thief, que en 2022 se colocó como uno de los mejores. Otro grande de aquel año fue Big Time de Angel Olsen.