Si hace 20 años me hubieran dicho que en el año 2022 escucharíamos un nuevo disco del Príncipe de la Oscuridad, Ozzy Osbourne, y que además sería uno de los mejores discos de rock pesado del año, no me lo hubiera creído. Pero aquí estamos y, como si se tratara de un pacto diabólico que el famoso músico británico hubiera hecho para ser inmortal (tal como en el título de una de sus nuevas canciones), su nuevo disco titulado Patient Number 9 está repleto de canciones que nos transportan a su mundo de tinieblas. Te doy la bienvenida a la reseña.
Se podría decir que Patient Number 9 es la segunda parte de su disco anterior, Ordinary Man (2020), tanto por su sonido que evoca sus años de gloria con un toque moderno, como por la participación de una importante cantidad de músicos invitados que lo convierten nuevamente en una obra plagada de estrellas. Lo único que le faltó fue que ambos discos se llamaran algo así como Ozzy and Friends Vol. 1 & 2, ya que en cada una de las canciones participan dos o más de estos invitados, quienes son nombres bastante pesados en la industria.
Si en el disco anterior nos sorprendió escuchar a Ozzy Osbourne cantando junto a Elton John, Travis Scott y Post Malone; poniendo a todos a rockear con las guitarras de Tom Morello y Slash; o siendo acompañado de la batería de Chad Smith, en Patient Number 9 volvemos a escucharlo junto a músicos de la talla de Eric Clapton, Jeff Beck, Robert Trujillo, Zakk Wylde, Tony Iommi, Mike McCready, Josh Homme y el recientemente fallecido Taylor Hawkins, entre otros.
Y todos estos músicos no participan únicamente acompañando a Ozzy, sino que en todas las canciones donde participaron tienen coautoría. Todo esto deriva en un disco repleto de estilos diferentes, pero cuya base y columna vertebral siempre es la voz de Osbourne.
El manicomio de Ozzy Osbourne
A pesar de que cuando lo vemos en entrevistas luce titubeante, lento, tembloroso y muchas veces no podemos comprender por completo qué es lo que está diciendo, Ozzy Osbourne se transforma cuando canta o cuando está sobre un escenario. Me tocó verlo hace algunos años en un festival de metal que hubo en la Ciudad de México y a sus setenta años de edad (73 actualmente) continúa lleno de energía rockera. Podemos sentir esa energía en cada una de las canciones de Patient Number 9.
En la mayoría de las canciones, Ozzy está acompañado en el bajo por Robert Trujillo de Metallica, Chad Smith de los Red Hot Chili Peppers en la batería y Andy Watt en la guitarra principal. De hecho, éste último está en todas las pistas. Intercambiando el puesto en el bajo con Trujillo, también participan en menor medida Duff McKagan de Guns N’ Roses y Chris Chaney de Jane’s Addiction.
El disco inicia con la canción homónima y donde lo primero que escuchamos son gritos y risas que nos transportan a un manicomio, donde seguramente el propio Ozzy se encuentra. En esta canción es acompañado por la guitarra de Jeff Beck, otro legendario rockero británico que ya roza los ochenta años de edad y a quien recordamos sobre todo por su genial estilo en los Yardbirds.
Es en el solo de guitarra de la canción donde podemos apreciar el talento de Beck, cuyos acordes de rock ácido sobresalen contrastando un poco con los riffs de la misma, pero sin perder la esencia. Beck participa en otra canción del disco titulada “A Thousand Shades”, una balada de rock mucho más tranquila, pero con un solo de guitarra igual de fascinante.
Zakk Wylde está de regreso tocando junto a Ozzy Osbourne después de un periodo de ausencia y está presente en 9 de las canciones del disco, pero se destaca su participación en “Parasite”, “Mr. Darkness”, “Nothing Feels Right” y “Evil Shuffle”. Wylde conoce muy bien el estilo de Ozzy ya que trabajaron juntos durante muchos años y discos, a excepción de los dos últimos LPs como solista de Osbourne. Y nos podemos dar cuenta de su gran química en cada una de esas canciones. Wylde también es conocido por ser el fundador de Black Label Society.
En esta canción, también podemos escuchar en la batería a Taylor Hawkins, quien también participa en otras dos canciones: “Mr. Darkness” y “God Only Knows”, siendo algunas de las últimas colaboraciones que tuvo antes de su fallecimiento, lo cual sin duda alguna las hará sonar nostálgicas para sus fans.
En el segundo track del disco, “Immortal”, podemos escuchar la guitarra de Mike McCready, guitarrista de Pearl Jam. Su estilo grunge le aporta dinamismo a la canción; su solo de guitarra es un tanto ajeno al estilo de Ozzy, pero no suena nada mal.
En este tema, Ozzy prácticamente nos da a entender que es inmortal, y después de escuchar el disco y de ver algunos clips de sus más recientes conciertos en vivo en su canal oficial, pareciera que es el caso.
Así mismo, las colaboraciones de Tony Iommi fueron de las más esperadas por los fans. Todo ello debido a que, como sabrán, Iommi estuvo con Ozzy desde Black Sabbath pero no habían trabajado juntos en muchos años. En Patient Number 9, Iommi colabora en dos canciones: “No Escape From Now” y “Degradation Rules”. Ambas nos remontan a la época dorada del grupo de Heavy Metal, especialmente la primera de ellas que tiene un sonido de metal pesado un poco más “clásico” si se le podría llamar así.
Pero sin duda alguna, la colaboración que más curiosidad ha levantado del disco, es con el guitarrista Eric Clapton en la canción “One of Those Days”. Es un tema melancólico que contrasta un poco con el resto de las canciones gracias a que la guitarra de Clapton tiene un sonido más limpio. No obstante, la canción tiene una trama oscura y hasta pesimista, hablando sobre los problemas del alcoholismo y las fatales consecuencias que esto puede llegar a tener.
Las últimas tres canciones del disco podemos escuchar a un Ozzy un poco más tranquilo y apegado a su estilo que le hemos escuchado como solista desde hace varias décadas. Y aunque en ninguna de ellas se nombra alguna colaboración específica, sí están presentes tanto Hawkins como Smith y Trujillo, aparte de sus músicos de confianza.
En Patient Number 9, Ozzy Osbourne nos demuestra que la creatividad y el talento no han quedado en el pasado como le ocurre a muchos otros artistas. El disco se siente fresco y lleno de sorpresas, con una energía tétrica que emana en cada una de sus canciones. Aún nos queda Ozzy para rato y agradezco que nos presente materiales como este álbum.
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