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Reseña: Mitski – Laurel Hell

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Con la llegada de Laurel Hell, el sexto disco de estudio de la cantautora norteamericana Mitski, su carrera alcanza un nuevo pico de popularidad sumado a una estupenda recepción por parte de la crítica. En Columna Musical ya pudimos escucharlo y tenemos lista nuestra reseña.

Repaso de Mitski

Hija de padre estadounidense y madre japonesa, Mitsuki Laycock-Miyawaki encontró en la música una forma tangible de formar parte de “algo más grande”. Su infancia transcurrió cambiándose una y otra vez de región por lo que participar en coros escolares, shows de talento, y otras expresiones artísticas la ayudaron a transitar por sus primeros años.

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Mitski. Foto: David Lee

Sus primeros dos discos Lush (2012) y Retired from Sad, New Career in Business (2013) fueron, de hecho, proyectos escolares. Mitski se inscribió en el Conservatorio de Música de la SUNY Purchase College enfocándose en estudiar composición y pulir su técnica como pianista. Los álbumes mencionados tienen a dicho instrumento como protagonista explorando géneros como el Freak Folk y el Pop Orquestal (su segundo disco tuvo la participación de una orquesta estudiantil de 60 músicos).

Hay un hilo experimental que acompañó a Mitski desde aquellos primeros discos autopublicados y que, en los álbumes por venir, simplemente adoptó un nuevo género, el Rock. Bury Me at Makeout Creek (2014) tuvo el primer gran sencillo de la artista, “First Love/Late Spring que se lanzó para anunciar que había firmado con el sello Double Double Whammy.

Dead Oceans, 2015

El cambio al Indie / Punk Rock tenía la intención de acercarse a las audiencias con música que impactara en vivo, y lo logró. A finales de 2015 Mitski firmó un contrato con el sello independiente Dead Oceans (con quienes trabaja hasta la fecha) y su siguiente álbum, Puberty 2 (2016) fue recibido con emoción por múltiples críticos.

En este nuevo disco la japoamericana probó con muchas más capas de sonidos. El Indie Rock aprovecha elementos del Folk, de guitarras Surf, de elementos Electrónicos e incluso guiños al Pop sesentero. Otro elemento que comenzó a poblar la lírica de sus temas fue la presencia de una mayor cantidad de metáforas, así como una mayor cantidad de personajes para la voz lírica.

Be The Cowboy

Luego de compartir escenarios con Lorde y The Pixies, Mitski lanzó su quinto álbum y el que provocó que Laurel Hell recibiera tanta expectativa. Estoy hablando de Be The Cowboy de 2018. En él se alejó del sonido distorsionado del Punk para traer de regreso algunos elementos orquestales que le dan una suntuosa pátina a varios de los 14 temas que lo integran. Es Indie Rock, Art Pop más una sorprendente mezcla de géneros.

El disco fue, hasta ese momento en su carrera, su mayor éxito, posicionándose en las listas de popularidad internacionales. Su calidad también fue celebrada por la crítica, apareciendo en múltiples recuentos de lo “Mejor del Año” y encima tuvo giras en Europa y Estados Unidos. Fue allí donde la cantante anunció algo importante.

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Be The Cowboy

En la última presentación de su gira en Estados Unidos, realizado en Central Park un 8 de septiembre de 2019, la cantante dijo que aquel era su último show por tiempo indefinido. Aquel concierto fue memorable, considerado por muchos como uno de los puntos más altos en su carrera. ¿Y después? “Me presenté, y recordé lo mucho que me gustaba. Me acuerdo bajando del escenario e inmediatamente empecé a llorar. Como diciendo, ‘¿Qué he hecho?”, recuerda Mitski con Rolling Stone.

Así inició una pausa que se prolongó por varios años. Aquel 2019 la compositora decidió mudarse a Nashville en donde Lauren Hell llegó a ser el disco que conocemos ahora.

Idea y grabación de Laurel Hell

Laurel Hell comenzó a gestarse desde 2018, su nombre proviene del término popular “El infierno del laurel” que describe a los matorrales del laurel de montaña al sur de la zona de los Apalaches. Cada parte de de esta planta es venenosa por lo que enredarse en ella suele letal. Esta idea le voló la cabeza a Mitski quien se lo cuenta a Pitchfork: “la cosa es que las flores de laurel son tan bonitas. Sólo estallan en explosiones de belleza. Y, simplemente, me gustó la idea de estar atrapada dentro de esta explosión de flores y tal vez incluso morir dentro de una de ellas”.

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Aunque varias de las piezas que lo componen tienen sus primeras versiones desde 2018, el tema central sucedió poco después del autoexilio y de alguna manera logró expresar las contradicciones que pasaban por su mente al intentar alejarse de la industria musical. Esta canción fue “Working For The Knife”, misma que se paseó por su cabeza cerca de un año hasta que finalmente decidió ponerse a trabajar alrededor de ella.

A Mitski la pandemia y el encierro por COVID-19 le tocó recién llegada a Nashville. La alienación de estar en un lugar que no conocía hizo que la decisión de continuar trabajando en música se postergara un tiempo. Sin embargo, el contrato con Dead Oceans estipulaba la producción de tres álbumes, lo cual terminó por mover a la artista. Para obligarse a trabajar en ello contactó a su productor de toda la vida (sí, lo conoció desde la universidad): Patrick Hyland y pronto comenzaron.

La decisión de convertir a Laurel Hell en un álbum en donde el sonido del sintetizador fuera protagónico vino del encierro. “Necesitábamos algo grande, algo extravagante, porque estábamos dentro de la misma habitación todos los días. ¿Y qué mejor época que los años 80 para ello?”, recuerda la cantante conversando con la BBC.

El sexto álbum de Mitski tomó unos tres años en estar terminado. Se grabó en los estudios Bomb Shelter de Nashville. La alineación incluye a los siguientes miembros: Mitski (teclados y vocales) Patrick Hyland (sintetizadores, guitarras, percusiones), Evan Marien (bajo) y Elizabeth Chan (batería). Teclados adiciones fueron proporcionados por: K. Marie Kim y Brooke Waggoner. Hyland también se encargó de la mezcla final.

Indie Pop, Indie Rock, Synth-pop

Laurel Hell se estrenó el 4 de febrero de 2022. En su portada podemos ver a Mitski con los ojos cerrados, su cabello negro se extiende en la parte superior, la parte inferior contrasta con un vestido rojo. Todo en su expresión parece ser movido por el éxtasis. El álbum cuenta con 11 temas los cuales son predominantemente Indie Pop pero, tal como hemos visto en otras producciones del año (Dawn FM de The Weeknd, por ejemplo) casi toda influencia proviene del Synth-pop ochentero.

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El álbum es sobretodo una invitación a bailar. Sus mejores canciones llevan la herencia de los sintetizadores radiantes de Giorgio Moroder y la simplicidad de los mecánicos ritmos de un drum machine. Aunque sí existen elementos de Indie Rock, es claro que una vez más Mitski está intentando alejarse de lo que había hecho en Be The Cowboy.

La atmósfera que genera la primera canción, “Valentine, Texas”, es oscura y minimalista desde el comienzo, pero cuando llega a la mitad se extiende con el esplendor del piano y los sintetizadores que se balancean como un vals narcotizado. Al comienzo escuchamos a Mitski haciéndonos una invitación hacia la oscuridad, pronto somos testigos de sus visiones oníricas.

Working on the Knife” es mucho más potente. Aquí los sintetizadores alargan sus notas desde el comienzo creando un ambiente de bruma sólo posible con el sonido drone. Pronto podremos apreciar la emotiva instrumentación de metales de viento, riffs eléctricos, un piano y una ineludible guitarra acústica cuyo rasgueo nos hace recordar a Ziggy Stardust y otros héroes del Glam Rock.

Emotivamente autobiográfica, la voz de Mitski explica la tormentosa situación de tener que trabajar a costa del bienestar propio. La fuerza opresiva de la industria musical es vista como el cuchillo que la hunde incluso en sus mejores momentos. Escuchemos el primer sencillo de Laurel Hell:

La influencia Disco se hace presente en una de las canciones más animadas del álbum. “Stay Soft” cuenta con una línea de bajo mucho más dinámica, sintetizadores que sueltan lucecitas y un piano de acordes contundentes. “Stay Soft, get beaten, / Only natural to harden up”, canta el coro pegajoso suena como una invitación (¿o una orden?) para aflojar un poco y recibir los golpes que nos esperan:

Después de las dos canciones anteriores el sonido del drum machine de “Everyone” se aprecia aletargado, sin embargo, líricamente el tema se conecta con algunos versos de “Valentine, Texas” en donde la oscuridad no sólo es bien recibida sino también invitada a ser parte de nosotros. Me gusta más “Heat Lightning” cuya línea de bajo tiene una opacidad casi psicodélica; aunque también se trata de un tema pausado, esta canción que alude al insomnio tiene una de las mejores interpretaciones de Mitski en el piano.

Otra de las mejores canciones de Laurel Hell es “The Only Heartbreaker” cuya energía bien la podría colocar en una playlist junto a temas de Michael Sembello y a-ha. A pesar de la alegre melodía, la letra es mucho más dramática hablando de cómo en las relaciones suele ser uno el que siempre se lleve el papel de “malo”. Así suena:

En general te diría que el Lado B de Laurel Hell es mucho más Pop. “Love Me More” sigue el impulso de la pieza anterior con una melodía bastante pegajosa y un tempo animado que utiliza lo mejor del piano, los sintetizadores y el ritmo confiable de una drum machine. Le sigue “There’s Nothing Left For You” que, como en el caso de “Everyone” se siente como un paso menos firme rodeado de canciones mejor realizadas.

Prueba de ello es “Should’ve Been Me”, otro tributo al sonido de los 80 cuya exuberante instrumentación se acomoda para invitarnos a bailar. Regresa la guitarra eléctrica que incluso tiene un breve solo, pero también se aprecian más texturas de percusiones y un piano que durante el coro parece más una pianola.

Con “I Guess” somos testigos de la última canción “pausada” del disco. A diferencia de las otras dos piezas que también suenan más relajadas, ésta crea un ambiente sonoro que se siente más tangible. El tema completo parece estar rodeado de niebla en donde de pronto aparece un teclado que suena como traído de un sueño.

Laurel Hell termina con otra canción movida pero cuya letra es agridulce – ya sabes, classic Mitski. Se trata de “That’s Our Lamp”, posiblemente la pieza con los arreglos más robustos del álbum. Aquí no sólo se disfrutan los elementos que hemos venido apreciando hasta ahora, sino también una serie de efectos de sonido, instrumentos de cuerda y también de viento. Si el tema que inicia el álbum es denso y oscuro, su cierre es luminoso e incluso festivo. ¿Será que no se murió el amor?

Después de escuchar Laurel Hell

Luego de escuchar varias veces Laurel Hell de Mitski, lo percibo como un álbum enfocado en construir una obra transparente a partir de explorar un sonido muy concreto, en este caso todo lo que vino de la tradición de los 80. En Be The Cowboy la cantante es mucho más arriesgada al momento de explorar nuevas posibilidades, aquí encontró un paso seguro y lo aprovechó de gran manera.

El disco no deja de tener momentos desiguales entre las mejores canciones y las que entorpecen el flujo, eso, naturalmente, no impide que los temas nacidos para brillar lo hagan. De una cosa estoy seguro, si el resto de su discografía conquistó TikTok, no veo por qué no debiera de repetirse dicho fenómeno. Mitski está de regreso y lo hace con un digno álbum de Indie Pop con espíritu Synthpopero.

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