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Thriller de Michael Jackson. La historia real

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En la casa de mis padres, como en la de muchos otros, había una copia de Thriller de Michael Jackson. El vinilo llegaba esporádicamente al tornamesa y su música garantizaba un grato momento de baile. El álbum, siendo uno de los más vendidos en la historia, tiene un lugar importante en la memoria de varias generaciones y ahora que cumplió sus primeros cuarenta años, decidí contarte su historia.

Off The Wall

Con el lanzamiento de Off The Wall (1979) Michael Jackson ya estaba haciendo historia. Era su primer álbum con Epic Records y el quinto en su carrera como solista. Lejos del sonido Motown que caracterizó su época con The Jackson 5, la intención de Michael era hacer un disco que mostrara sus habilidades individuales. Y lo consiguió.

Off the Wall es una joya Disco de aquel 1979 que también nos entregó formidables álbumes como Voulez-Vous de ABBA, Risqué de Chic y Bad Girls de Donna Summer. Pero el LP producido por Quincy Jones fue más grande, y posicionó a Michael Jackson como quien tomaría la batuta del pop en la década por venir.

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Off the Wall. Epic Records

Premios, ventas por millones, crítica positiva, el álbum había impactado a todos menos a su creador. Michael estaba molesto por dos cosas: la primera, el no haber recibido el Grammy a Disco del Año y la segunda, el rechazo de la revista Rolling Stone para dedicarle la historia principal de uno de sus volúmenes de 1980 ya que, de acuerdo a sus editores, los artistas negros no vendían tantas copias cuando aparecían en la portada. “Algún día esas revistas me rogarán una entrevista,” declaró en su momento el músico. “Tal vez les dé una, o tal vez no”.

Michael Jackson tenía una idea clavada: hacer un álbum tan espectacular en donde cada una de sus pistas fuera un éxito en sí mismo. Por su parte, Epic Records (y en general Sony Music) se encontraba en otra situación complicada. La década de los 80 inició con una baja en la compra de vinilos por lo que la disquera insistió en que, fuera lo que fuera el siguiente proyecto, éste tendría que hacer que las personas volvieras a las tiendas de discos.

El equipo detrás de Thriller

Bruce Sweiden, el ingeniero de sonido de Thriller, aún recuerda las palabras con las que Quincy Jones se dirigió al equipo en el primer día de grabaciones: “Bueno, muchachos, estamos aquí para salvar a la industria disquera”.

Si Jackson pretendía cambiar el rumbo de la música popular, entonces necesitaba trabajar con los mejores. Y el primero en la lista era Quincy Jones, cuyo perfeccionismo no era muy diferente al de Michael. La dupla, vista por muchos críticos como la relación entre un padre y su hijo, hizo maravillas en Off the Wall y Thriller no fue la excepción.

Bruce Sweiden, a quien ya cité, fue otro personaje clave en el desarrollo. Durante las sesiones se permitió varios experimentos en el estudio que incluyeron, entre otras cosas la elaboración de artefactos de madera y metal para aislar ciertos sonidos (como el del hi-hat); una plataforma que evitaba que el sonido de la batería se filtrara en otros micrófonos; un tubo de cartón por donde cantó Michael, y la creación de singulares efectos de profundidad al poner al cantante a recitar los mismos versos a distancias específicas.

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Bruce Sweiden.

Rod Temperton, autor del clásico tema Disco “Boogie Nights”, fue el último integrante de la familia que se formó durante las sesiones de Thriller. El escritor ya había colaborado con Jones en varios proyectos y venía de haber participado con letras para Off the Wall. Sus aportes se concretaron en tres de las nueve pistas del álbum, pero su ingenio no solo está detrás del título del proyecto también de muchas de las decisiones que dictaminaron su rumbo creativo.

Más de 40 músicos estuvieron involucrados en las grabaciones. Jones se encargó de contratar a los mejores artistas disponibles y cuando necesitaba estrellas se las arregló para concretizar productivas sesiones con Paul McCartney, los integrantes de Toto y Eddie Van Halen.

“Todo comienza con las canciones”

Epic Records quería un disco que revolucionara la industria y no estaba dispuesto a esperar demasiado. De ahí que Michael y el equipo solo contaran con algunos meses para completar el proyecto. Todo inició el 14 de abril de 1982 y terminó el 8 de noviembre de aquel mismo año. De hecho, la fecha límite se postergó un poco gracias a una negociación de último momento –pero ya llegaremos a ello.

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Quincy Jones. Foto: Gorup de Besanez, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Si la intención era hacer un álbum en donde todas sus partes fueran hits, lo primero que el equipo necesitaba era una suma considerable de material de dónde elegir. Quincy Jones no perdió el tiempo y contactó de forma masiva a diferentes escritores en la industria para ponerlos a trabajar en piezas que se acoplaran al estudio de Michael. Según cuenta el propio productor, el equipo llegó a recibir 800 propuestas de diferentes géneros.

Jackson también tuvo un periodo de gran lucidez creativa, escribiendo por lo menos 60 canciones. Temperton no se quedó atrás y solía presentarle al productor cientos de títulos posibles sobre los cuáles se elegían los favoritos; Rod, tan perfeccionista como los demás, volvía con demos tan bien construidos que los músicos solo tenían que imitar sus partes.

En el caso del Rey del Pop su proceso creativo funcionaba así: tan pronto encontraba una idea que lo hiciera vibrar, comenzaba a grabarse a sí mismo haciendo el sonido de todos los instrumentos y armonías que llegaran a su cabeza. Bastaba una grabadora de casete. Una vez que una canción comenzaba a tomar forma, el músico la materializaba en su estudio casero ubicado en Encino, California.

Una visita al rancho de Paul McCartney

Durante la primavera del ´82, Quincy Jones y Michael Jackson llegaron al rancho de Paul McCartney en Arizona. En su poder estaba un demo que el joven músico había preparado en su casa. La inspiración le llegó mientras dormía, de pronto solo despertó y comenzó a imitar los sonidos de cada instrumento frente a su grabadora.

En el rancho intercambiaron ideas y fueron recibidos con las mejores atenciones creativas. Jackson había trabajado con el ex-Beatle en la canción “Say Say Say” del disco Tug of War (1982), por lo que ya sabía cómo era trabajar en el estudio con él.  Paul lo cuestionó en varias de sus decisiones, pero al final comprendió la intensión de Michael, quien buscaba crear un tema que se cimentara en las emociones y el ritmo.

Una tarde de abril de 1982 Michael Jackson y Paul McCartney estaban trabajando en los estudios Westlake ubicados en Los Ángeles, California. Grababan “The Girl is Mine”, bajo la supervisión de Quincy Jones y George Martin; incluso estaba el ingeniero de The Beatles, Geoff Emerick. Tan intensa como alegre, la grabación contó con varios miembros del grupo Toto como músicos de sesión y, entre risas y camaradería, el dueto terminó la primera pieza del rompecabezas que resultó Thriller.

Para Epic Records, este era el sencillo perfecto para demostrarle al público internacional que el siguiente proyecto de su joven maravilla sería un éxito y cuando lo publicaron las ventas lo consolidaron, posicionándose en los primeros los lugares de las listas de pop y R&B.

Las primeras sesiones

El resto de Thriller también se grabó en Westlake. Entre los demos del cantante, las propuestas de las decenas de escritores invitados, y las de Rod Temperton, Quincy Jones barajaba posibilidades para el disco. No fue sino hasta el mes de agosto que comenzaron a materializarse las primeras pistas con más sustancia.

“Wanna Be Startin’ Somethin’” y “Billie Jean” son dos de las primeras canciones propuestas por Michael que recibieron el sí del productor. La primera proviene de las sesiones de Off the Wall y conserva su sonido Disco/Funk, con un giro africano. No solo el ritmo, todo su cierre está inspirado en el tema “Soul Makossa” del camerunés Manu Dibango.

La segunda canción, cuyo origen sonoro viene de las ganas de hacer un tema con gran bajeo y un gancho estelar, fue un éxito desde que llegó a la mente de su creador, quien en el estudio no se detuvo hasta obtener el sonido que había llegado a cabeza.

Louis Johnson, bajista, recuerda que el cantante lo hizo llevar todos sus bajos hasta volcarse hacia el sonido de un Yamaha. La mezcla final, luego de intensas sesiones pasó a las manos de Bruce Sweiden; no fue sino hasta la mezcla 91 que Michael se sintió satisfecho. Al verlos trabajando en lo mismo por tanto tiempo, Quincy Jones llegó a la cabina a preguntarles de qué se trataba. Cuando le dejaron escuchar “Billie Jean”, confirmó la idea de Jackson, sería un éxito.

Cierto día, Quincy Jones y Rod Temperton tocaron a la puerta de casa de Michael. Llevaban consigo cinco demos. Mientras las primeras canciones se estaban grabando, Rod se había dedicado a delimitar sus propuestas a solamente 35. Luego de escuchar todos los demos, Quincy Jones eligió los que le presentaron al cantante. Como no había tiempo que perder, ese mismo día se grabaron tres temas. “Baby Be Mine”, fue uno de ellos, el otro, “Slapstick” (canción que fue recortada más adelante). La última pieza se llamaba “Starlight”.

“Starlight”, la versión original de “Thriller”

Antes de convertirse en la canción más icónica de la década de los 80, “Thriller” no era la pieza de terror que hoy conocemos. Su nombre original era “Starlight” y hablaba sobre cómo el amor podría combatir la negatividad. Su atmósfera sonora se acercaba a Funk espacial de los 70 – y hacía todo el sentido, el tema está lleno de referencias extraterrestres –, pero al final, la pista fue rechazada.

El escritor volvió a su casa y retrabajó. Jones le había dicho que tenía que pensar en algo “misterioso”, algo que provocara tanto impacto como curiosidad. Se presentó una nueva versión titulada “Midnight Man”, pero tampoco tuvo éxito. Su productor seguía dándole dirección, iba por el camino indicado.

Confirmando que la tercera es la vencida, Rod Temperton le presentó “Thriller” a Quincy Jones. Para este momento, la canción era algo diferente. De acuerdo con su escritor, le tomó apenas unas horas finalizar su lírica definitiva y ya tenía en cuenta todos sus detalles, desde los efectos hasta un espacio reservado para un monólogo.

Ahora la letra giraba en torno a un escenario sombrío y una situación espeluznante. El ingeniero de audio recuerda que pasaron horas grabando los efectos especiales que hoy en día se aprecian en la versión final. Los aullidos son cortesía del cantante, por ejemplo. Lo último que se agregó fue el famoso monólogo.

Una noche, Quincy le contó a su esposa, Peggy Lipton, sobre ese elemento que aún no lograban solucionar y ella tuvo una idea. Peggy conocía a Vincent Price, el famoso actor de películas de terror, y lo invitaron a ser el encargado de leer algo en aquella sección. Su guión, a cargo de Rod Temperton, se terminó de escribir apenas unos minutos antes de comenzar a grabar, mientras el escritor se dirigía en un taxi a la sesión en Westlake.

Thriller no está terminado

“Cuando nos quedamos con nueve”, platica Quincy a Rolling Stone, “las pusimos de pie para ver si aguantaban. Intenté ser lo más objetivo posible y eliminar las cuatro más flojas de esas nueve y sustituirlas. No eran débiles, era un gran material, pero había que ser realista”.

Pero el tiempo no perdona y ahora el equipo se encontraba en una encrucijada creativa. Con su experiencia y visión, Jones les volvió a dar dirección al equipo: necesitaban ampliar los géneros del álbum para que cuando éste se estrenara, pudiera cubrir más terreno en las listas de popularidad.

Todos estaban trabajando arduamente. Para este punto incluso los músicos de sesión (los miembros de Toto) estaban presentando ideas de posibles canciones y fue en uno de los casetes que le compartieron al productor en donde se encontró con una pieza que llamó su atención. Su título era “Human Nature”, y no la escucharon hasta que el casete comenzó a reproducir su lado B de manera automática, allí, perdida, estaba un tema que el tecladista Steve Porcaro escribió pensando en su hija. La lírica fue pulida por John Bettis y bajo instrucción de Jones, su sonido se mueve entre el R&B y el Pop.

El último aporte de Temperton llegó con “The Lady in my Life”, en cuya grabación, y luego de varias tomas, el productor le pidió a Jackson que si realmente quería darle el sentimiento que pretendían, entonces se tendría que desgarrar frente al micrófono. “P.Y.T (Pretty Young Thing” fue una de las últimas pistas en quedar terminada y costó bastante llegar a la versión final.

P.Y.T” fue una tarea que Quincy le puso a su equipo: todos podrían mandarle un demo pero debía acotarse a dicho título – cuya inspiración es una marca de ropa interior de su esposa. Michael y Greg Phillinganes, tecladista de sesión, presentaron una propuesta que fue rechazada (pero que gracias a las maravillas de la modernidad puede ser encontrada en el disco compilatorio The Ultimate Collection). El escritor ganador fue James Ingram, cuyo tema, mitad Funk, mitad Disco mantuvo a Jackson bailando durante toda la sesión.

“Beat It”, la pieza final

“Michael nunca llegaba tarde a las sesiones, si acaso llegaba antes. Además, nunca recuerdo haber grabado a Michael con las letras delante”, hace memoria Bruce Sweiden. “Se quedaba despierto la noche anterior memorizando la canción o las canciones que íbamos a grabar. No creo que haya muchos artistas que hagan eso”.

Pero incluso el cantante más activo se las estaba viendo muy complicadas en la recta final de Thriller. Como el resto de los involucrados, había recibido una nueva instrucción de parte de Quincy Jones: tenía que pensar en una canción de Rock. Y no cualquier tema rockero, sino uno que fuera equiparable con el hit del momento, “My Sharona”, de The Knack.

Michael no estaba seguro de que “Beat It” fuera buena, al grado de que, casi a empujones, su productor lo hizo compartirles el demo que había trabajado en su estudio casero. Para sorpresa de nadie, el tema, cuya base era el coro y las armonías alrededor, era un ganador.

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Durante las últimas semanas que les quedaban, Quincy y Bruce trabajaron arduamente encontrando el tono de guitarra perfecto para la pieza. Una vez descubierto, fue Steve Lukhater, de Toto, el encargado de grabar la guitarra rítmica. Ahora solo faltaba una cosa que toda buena canción de Rock debe tener: un solo.

Imagina que eres Eddie Van Halen y de pronto te llaman por teléfono, cuando contestas te dicen que si quieres ir a trabajar en el nuevo disco de Michael Jackson.

¿Les crees?

Eddie no lo hizo. De hecho, Quincy batalló un poco, pero cuando lo convenció de que no era una broma, el experimentado guitarrista fue a colaborar a los estudios en Westlake. Se grabaron dos versiones del solo, pero la siguiente anécdota es clásica en la historia del Rock.

Cuando Eddie estaba en uno de sus momentos cumbre, los ingenieros en la sala de la consola notaron algo alarmante, debido a la potencia y la saturación, los monitores comenzaron a incendiarse.

Para este punto de la grabación el equipo de Quincy Jones estaba grabando en tres estudios al mismo tiempo, uno para Michael, otro para los músicos de sesión, y otro donde se hacían las sobregrabaciones. No quedaba tiempo, y encima, los ejecutivos de Epic Records querían que saliera antes de Navidad.

Llevaban varios días sin dormir. Una vez que “Beat It” fue terminada, la familia se dividió: Bruce se llevó el material para terminar su mezcla y Quincy llevó a un agotado Michael a su casa. El músico se quedó dormido en un sillón, fueron las únicas horas de sueño en un rato, porque la tarde de ese mismo día escucharían el primer mix de Thriller.

La noche que Michael lloró

Algunas horas después todos estaban reunidos en el estudio. Incluso había gente de Epic Records, alguien llevó bebidas para celebrar. Y comenzaron a escuchar. Conforme avanzaba el disco, los presentes se intercambiaban miradas, lo que en principio eran sonrisas pronto se convirtió en caras largas. Thriller sonaba horrible.

Todos recuerdan a Michael inconsolable. Salió de la sala entre llantos, y lo encontraron en otra lamentándose por no materializar lo que en su mente sonaba perfecto. Quincy Jones tuvo que intervenir. Convenció a la gente de la disquera de darles más tiempo. El acuerdo final era este: el equipo de ingenieros tendría diez días para retrabajar todo desde cero.

El disco sonaba tan mal por una cosa: era muy extenso para un LP normal. Esto provocaba que el sonido fuera muy delgado. La solución fue cortar cada pieza; muchas pistas perdieron secciones instrumentales, “Billie Jean” se quedó sin el intro que le encantaba a Michael, varias estrofas fueron eliminadas (incluida una del monólogo de Vincent Price).

El 8 de noviembre de 1982, la mezcla definitiva de Thriller estaba finalizada. Unas semanas más tarde, el 30 de noviembre, el álbum estaba a la venta de forma internacional, en Estados Unidos vía Epic y en los demás países de la mano de CBS.

Después del estreno

A Thriller le tomó algún tiempo posicionarse como el disco épico que conocemos ahora. De hecho, empezó colocándose en el puesto número 11 de la lista Billboard, pero su gran ventaja fue ser un álbum hecho de puros hits sumado a su lanzamiento global. Si a eso agregamos a cada sencillo que salía al mercado, es fácil entender por qué se convirtió en una bomba de popularidad para su autor.

Con siete sencillos publicados, la última canción elegida fue “Thriller”, la cual se estrenó el 2 de noviembre de 1983. Ese mismo año, el disco había experimentado una ligera disminución en sus ventas, por lo que Jackson insistió en que, al ser el single final, se le hiciera su propio video musical.

Los ejecutivos pensaban que “Thriller”, al ser una pieza de horror y monstruos, no tendría un gran impacto. Por suerte para la Historia del Rock, estaban equivocados. Su video oficial no solo cambió la industria del entretenimiento, también le dio vida a un canal que en esa época era irrelevante: MTV. Pero esa es otra historia.

Lo único que tienes que saber por ahora es que ese video triplicó las ventas de un álbum que una vez que llegó a la cima de la lista Billboard, permaneció allí durante 37 semanas, y 500 más una vez que dejó el primer puesto.

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Después de Thriller de Michael Jackson

“Todo comienza con las canciones”, se le escuchó decir a Quincy Jones tiempo después. Hablaba acerca de aquellos discos que logran conquistar las listas de popularidad. Cuando Thriller llegó al mercado, Michael Jackson tenía apenas 24 años, pero su genio musical quedó impreso en la Historia del Pop.

Pero mientras leía acerca de la creación de este disco, algo me quedó claro. La perfección de sus detalles radica en que Quincy y Michael se rodearon de los mejores y solo cuando se trabaja desde lo colectivo es que llegan los grandes resultados.

Con motivo del aniversario 40 de Thriller, recientemente se lanzó una edición especial, la cual incluye varios temas inéditos, y comentarios. Aunque no me encantó su portada, te la recomiendo por su material adicional.

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